La diseñadora británica se ha convertido en uno de los #must de London Fashion Week. Esta vez Rose apuesta por una colección experimental, pulida en patrón y referencias.
Con una temática similar a la de la temporada pasada en la que la exploración del clubbing de los 80 era el centro de atención, Rose llenó la pasarela de estampados, cuadros y un mix extraño entre el «daddy sport» y la sastrería sobredimensionada (marca de la casa).
Entre las piezas más destacadas de la colección podemos encontrar las botas de cowboy y los loafer, los pantalones a rayas, chupas de cuero y las increíbles piezas de denim. Esta temporada la británica incluye ropa para mujer en la que su pasión por el menswear se hace patente en el corte.
Además Martine Rose ha presentado una colaboración con la marca británica FARAH, compuesta por: jerseys y camisas con la costura en contrate que han llamado bastante la atención.
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