Laura Abad (@listedobjects) // El 21 de Julio de 2017 KKW Beauty (@kkwbeauty) sale a la luz. En los últimos 4 años, Kim Kardashian ha sido la persona más influyente a nivel mundial en cuanto a maquillaje se refiere, que saque su propia línea de cosméticos -tras el éxito rotundo de su hermana Kylie con su propia marca- es una consecuencia lógica. Que KKW se agote en 10 min, lo es más aún.
Dejando a un lado la cuestionada calidad de sus productos y su famosa esponja inservible, es indudable que lo que Kim haga en su rostro es lo que millones de personas intentarán imitar frente al espejo de sus baños al día siguiente. Y no decimos «intentar» en vano, porque el ritual del maquillaje se ha ido convirtiendo poco a poco en algo a medio camino entre el arte y un exigente ejercicio técnico de precisión.
El ultra trabajado estilo kardashian ha empezado a permear en la sociedad de forma tímida y ha dejado de ser algo exclusivo para el reducido grupo de early adopters de siempre. Hace un par de años, lo más probable es que ni una sola de tus amigas supiera lo que es el contouring. Ahora, el baking, strobing o whisking son temas de conversación habituales y la mayoría de las chicas que conoces tienen una o varias youtubers de maquillaje favoritas.
Y es justo este medio, Youtube, el vehículo principal para que esta corriente y todas las técnicas y productos asociados a ella se popularicen. Beauty gurus como Nikkietutorials, Jefreestar o Hudabeauty son ejemplos responsables de que nuestro neceser esté repleto de bases, prebases, polvos de sellado, iluminadores y una lista interminable que aumenta cada semana, con los nuevos lanzamientos. Es aquí además donde confluyen dos estéticas tan diferentes como la feminidad trash de inspiración drag queen y la sofisticación de las clases altas que Kim y su familia representan, con el maquillaje recargado y exageradamente femenino como punto de unión entre estos dos mundos con un origen tan diferente.
Como siempre, la historia es testigo de todo tipo de excesos estéticos, ya sea la extravagancia del siglo XVIII, donde tanto mujeres como hombres empolvaban sus rostros y pelucas, o el colorido mundo de sombras y colorete de los años 80 -que la “neomovida” se encarga de perpetuar con una perspectiva más arty-. Pero después del siglo XVIII vino el naturalismo de la época victoriana y tras el exceso de los años 80, el minimalismo de los 90. La forma cíclica en que se suceden unas etapas más sobrecargadas con otras más sencillas nos hace pensar en el futuro próximo.
De hecho, desde los círculos feministas surge el conocido movimiento #nomakeup, abanderado por celebrities como Alicia Keys o Emma Watson, que aparece y desaparece de forma periódica, ejerciendo de contrapunto a la estética barroca de las Kardashian -aunque la propia Kim lució cara lavada en algunas apariciones públicas, y en su reality podemos ver al clan al natural constantemente-. El yin y el yang de las tendencias.
Entonces, ¿Cómo nos maquillaremos en 2018? ¿Cuáles serán las técnicas más usadas? ¿Qué corriente se alzara victoriosa en esta carrera del maquillaje?
Pues lógicamente, la que Kim quiera que gane.
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