El 2018 está siendo el año de la moda utilitarista. La crew de outsiders que aboga por la anti-moda ha configurado un sistema creativo que conecta cinturones extralargos, arneses, cierres o bolsillos a prendas conceptuales / arquitectónicas inspiradas en el neocostumbrismo. La sobriedad del diseño ahora dialoga en una intensa conversación entre el streetwear y la estética worker, y se materializa en firmas que brillan sin highlighter, o eso le han demostrado al sistema.
La nueva visión de la modernidad se traslada a la moda utilitarista, aquella que se apoya en lo hermético y en una configuración del diseño en base a la bussiness class. Los uniformes se establecen como el punto de partida sobre el que los arquitectos de la moda empiezan a crear, reinterpretando todos esos conceptos del día a día y trasladándolos a un recorrido de materiales, costuras y composiciones.
La sobriedad de las prendas se corrompe a raíz de una rave de superposiciones y materiales, a ritmo de technazo. La moda ahora forma parte de algo vivo, de un sentimiento de comunidad al que todo el mundo quiere pertenecer, generado por firmas como A Cold Wall, Alyx, Alch, Off White o Heron Preston; las mismas que han conseguido elevar la moda utilitarista a otra fase.
En este universo, el workwear se reinterpreta en clave de lujo a través de cinturones industriales, cierres, bolsillos, cremalleras, velcros o hebillas, que, más allá de ser estéticos, se caracterizan por su funcionalidad. Todos esos elementos se fusionan -así- en una anarquía sartorial, que conecta temas convencionales en un mismo concepto de anti-moda.
El neoconcepto surge de la inspiración en la calle, los aviones, las obras, el militarismo, lo industrial y, en general, de los uniformes de trabajo ahora actualizados en formato outerwear. Aquí, los materiales se superponen: el cuero con el charol, se inyectan infinitas aperturas a través de cremalleras y se reconvierten prendas o accesorios como abrigos tipo duster, sombreros resistentes, chalecos de obra de nylon o cinturones industriales (como los de Gosha o Samuel Ross) en distintas versiones.
La moda basada en el utilitarismo también incluye un imaginario trash de correas infinitas, cierres, cinturones rollercoaster o extralargos de Off White, Chest Rigs de Alyx y prendas arquitectónicas de Heron Preston con toda una simbología detrás, porque como dice Virgil Abloh: ‘la ropa es el medio para crear un nuevo lenguaje‘, y la utilitarista ha reflejado a la perfección la transformación social de una nueva generación.
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