La evasión hacia otros mundos o fantasías se convierte en una vía de escape de realidades decadentes o indeseadas. Dentro de ese modo escapista, la animación se posiciona como una eterna fuente de inspiración para la moda, que está alcanzando ahora una especie de ascensión divina gracias a diseños como las botas de MSCHF y Astro Boy, o la colaboración de Loewe y Studio Ghibli. ¿Hemos entrado ya en la era del anime-core?
Los dibujos animados han estimulado a lo largo de los años la creación de infinitas colecciones u obras de arte, pero si hay algo que ha destacado a día de hoy dentro de ese universo, es el anime y el manga. En este sentido, sólo tenemos que ver el éxito y la ascensión a objeto viral de las “Big red boots” del colectivo artístico MSCHF inspiradas en el icónico manga japonés Astro Boy. Unas botas que suscitaron amor, memes y odio a partes iguales, que llegaron a revenderse por 1.400 dólares.
Recientemente, Jimmy Choo destacó dentro de este imaginario a través de una colaboración con la que rindió tributo a Sailor Moon. Una colección cápsula compuesta por botas hasta la rodilla en baby pink, zapatos de plataforma con purpurina y un bolso de mano decorado con ilustraciones de sus viñetas y dibujos animados.
CARTOON FASHION
La creatividad que puede diluirse de la animación se establece como una expresión artística de la que han bebido desde Murakami y Poku Culture en Louis Vuitton hasta JW Anderson y Studio Ghibli. Una estela en la que ya se sumergió Loewe el año pasado mediante una colección inspirada en la película “Spirited Away”, mientras Balmain referenciaba a Pokemon.
Dentro de la incursión de la moda en el mundo del anime o del manga, la estética de las películas y las series japonesas como «Akira», de Katsuhiro Otomo, ha inspirado a generaciones de diseñadores con piezas como el traje de motorista rojo akira: una referencia memorable que ha remasterizado desde Comme des Garçons y Supreme hasta Ye para el espectáculo en directo de Donda.
El trasfondo que impulsa todo este cambio de paradigma en el que el anime o la cultura cosplay o japonesa traspasa la esfera marginal para adentrarse en la cool parece ser la nostalgia. Una tendencia u emoción que influye en el zeitgeist a través de la moda harajuku o de la estética kidcore dentro de una sociedad moderna que prefiere apostar por la magia que por la realidad.
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