Las joyas parecen haberse convertido en uno de los códigos representativos de Olivier Rousteing, que ya forman parte de su propio lenguaje estético. Ahora, más allá de explorar la joyería a nivel usuario y/o individual, el director creativo lo hace para Balmain en una colección suspendida entre la mitología, el romanticismo y las técnicas de los droides.
Para la nueva colección de joyas, Rousteing reflexiona sobre el mantra «la vida es arte«, proyectando cuestiones colectivas como el funcionamiento o la finalidad del arte en la vida cotidiana, y cómo, asimismo, la vida en sí podría limitar el arte. Preguntas a las que da respuesta a partir de los estudios mitológicos de esta serie de joyería que abarca desde pendientes, hasta collares y anillos en forma de cráneos.
Sin embargo, a pesar del romanticismo o de la inspiración nostálgica, como siempre, el diseñador francés inyecta el futuro en sus creaciones. Un concepto que refleja ahora en los anillos en forma de perno, situados en varios puntos de la mano y los dedos, de naturaleza droide, al igual que en los grandes puños inspirados en Martin Margiela. Con el fin de lograr un mayor impacto visual, Balmain graba el monograma de su firma en brazaletes más gruesos que acaban de completar esta colección que ya ha salido a la luz en la web de la marca, y se ha expuesto en las vitrinas de lujo de sus tiendas físicas.
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