Aún recuerdo cuando bajaba a por el pan en pijama, tapándome con un abrigo para no ser juzgada por el resto de mortales por la desidia que se apoderaba de mi ser. Ahora las cosas han cambiado. Lo que una vez fue considerado atuendo exclusivamente para el hogar, ha evolucionado en una declaración audaz de individualidad y comodidad. La moda de ir en pijama ha conquistado las calles y las pasarelas, desafiando las normas convencionales y cuestionando las expectativas tradicionales de vestimenta.
Al fenómeno en cuestión se le llama NBN (Netflix-baguette-Netflix), y como bien indica el acrónimo surge en París tras la pandemia del Coronavirus, pero no hay país ni población en toda la faz de la tierra que no haya sucumbido al look. Ya hemos visto a varias famosas como Rihanna, Sarah Jessica Parker, Gigi Hadid o Kate Moss lucir el pijama en la calle, e incluso en photocalls. Y sí, la tendencia se ha extendido a todas las ciudades cosmopolitas y a todas las situaciones vitales.
Quizás la razón principal por la que ahora es la época dorada del pijama sea la comodidad que ofrece. La vestimenta proporciona una alternativa relajada a la ropa ajustada y estructurada que ha dominado la moda durante años. Ahora estamos más dispuestos a desprendernos de las barreras de lo correcto y eso se nota no solo en la ropa sino en la manera de maquillarse y peinarse, e incluso de calzarse. ¿!Cuántos video tutoriales de como hacerse un no-make up make up look o un moño desenfadado habrá circulando en las redes!? Definitivamente, la tendencia se alinea con el cambio cultural existente hacia estilos de vida más relajados y enfocados en el bienestar. Un bienestar que prima la comodidad y la autoexpresión al margen de las normas sociales, y una mayor valoración de la autenticidad y la individualidad en la forma de vestir.
¿Desidia o desafío a las normas Convencionales?
La moda de salir en pijama desafía las normas tradicionales de vestimenta y plantea preguntas sobre lo que se considera «apropiado» en diferentes contextos. La frontera entre la ropa de dormir y la ropa casual se ha vuelto cada vez más difusa. Las pasarelas han presentado a lo largo de los años conjuntos de pijama lujosos y sofisticados que se pueden usar con confianza en eventos formales o reuniones sociales.
La tendencia tampoco está libre de debate, eso está claro. Mientras algunos la ven como una forma de liberación de las expectativas sociales y una celebración de la individualidad, otros la critican por lo que perciben como una falta de respeto hacia ciertos espacios y ocasiones que tradicionalmente exigen un código de vestimenta más formal.
En Estados Unidos incluso existe un día en el que ir al trabajo trasgrediendo el código de vestimenta formal con un pijama. Sí, como lo lees. El ‘National Wear Your Pyjamas To Work Day’ y se celebra el 16 de abril desde el año 2004. Este día uno se libera de tacones, corbatas, y demás formalidades para ir a la oficina con la mayor de las comodidades.
Y es que la tendencia, aunque haya experimentado ahora su renacimiento, no es nueva. Lo de llevar ropa de dormir a la calle comenzó tímidamente en el mundo de la moda hace un siglo, con (como no) Coco Chanel. En 1918, Chanel introdujo la innovadora idea de las ‘pijamas de playa’, prendas holgadas destinadas a los días de verano. Aunque estas piezas fueron inicialmente consideradas audaces y controvertidas debido a su potencial para difuminar las líneas de género y su parecido con la vestimenta de dormitorio, Chanel continuó desafiando los límites. En la década de 1920, llevó esta tendencia aún más lejos al proclamar que los pantalones sueltos, con un estilo similar al de las pijamas, eran la combinación perfecta de elegancia y confort.
En el balneario de Juan-les-Pins, ubicado en la hermosa Costa Azul francesa, el uso de pijamas se volvió tan común que el lugar ganó el apodo cariñoso de «Pyjamapolis». Esto demuestra cómo la visión vanguardista de Chanel trascendió las normas establecidas y llegó a moldear incluso los destinos y las actitudes hacia la moda en lugares emblemáticos. Por lo que la influencia de esta tendencia no puede subestimarse.
A medida que celebridades comenzaron a adoptar este estilo en sus apariciones públicas y en redes sociales, el concepto gana impulso y comienza a generar atención mediática. Una atención que le viene bien a marcas como Tekla, la española Handover, que han hecho del pijama su ventaja competitiva. E incluso también les viene muy bien a las grandes de lujo como Prada, Burberry o Gucci, que tienen la oportunidad de poner el foco en este segmento de mercado. Y por qué no, también las de las celebrities como Rihanna con su Savage X Fenty y Kim K con su SKIMS, que, gracias a este auge del mundo del pijama y la ropa interior, pueden hacer millones con sus marcas.
Aunque ahora sea la panacea, es difícil predecir si la moda de salir en pijama se mantendrá como una tendencia duradera o si eventualmente cederá el paso a nuevos estilos. Lo que es seguro es que esta tendencia ha dejado una marca en la industria de la moda al desafiar las normas convencionales, promover la comodidad y destacar la importancia de la autoexpresión. Al final, la moda es un medio a través del cual las personas pueden contar historias sobre sí mismas y comunicar su identidad al mundo. La tendencia de salir en pijama es solo un ejemplo más de cómo la moda sigue evolucionando para reflejar los valores cambiantes y la diversidad de las personas que la visten.
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