Los protectores solares faciales vienen en una gran variedad de formulaciones, cada una con sus propios ingredientes y beneficios específicos. La elección de la formulación correcta y la comprensión de los ingredientes es esencial para obtener la máxima eficacia y comodidad. Entre los más habituales están el óxido de zinc, el dióxido de titanio, antioxidantes como las vitaminas C y E e incluso la glicerina y el ácido hialurónico.
Optar por una fórmula natural de protector solar ofrece varias ventajas, especialmente para aquellos que buscan opciones más suaves y respetuosas con el medio ambiente. Muy a menudo cuentan con ingredientes minerales como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, con una protección eficaz de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB, sin el uso de químicos que pueden ser irritantes o dañinos.
Además, los ingredientes naturales, sin partículas nano, pueden ofrecer beneficios adicionales, como propiedades antioxidantes y antiinflamatorias sin riesgos: “El óxido de zinc no nano (filtro UV mineral) forma parte de nuestras cremas en lata de aluminio con tapa de rosca SPF30 y 50, y de nuestra loción solar natural resistente al agua, es un ingrediente fundamental para una alta protección inmediata” – nos explica Filip Van, CEO fundador de la firma de cosmética gaditana Di Oleo.
Estas fórmulas suelen ser más amigables con el medio ambiente, ya que no contienen químicos que puedan dañar los ecosistemas acuáticos, lo cual es una consideración importante para quienes se preocupan por el impacto ambiental de sus productos de skincare: “Al elegir un protector solar natural, no sólo protegemos la piel, también estamos tomando una decisión consciente por nuestra salud y la del planeta”.
Los ingredientes más habituales
Por ejemplo, son muy comunes el mencionado óxido de zinc y el dióxido de titanio, ambos son ingredientes clave en los protectores solares físicos o minerales, ya que protegen contra los rayos UVA y UVB y son menos propensos a causar irritación, lo que los hace perfectos para pieles sensibles.
También la avobenzona, la oxibenzona, el octisalato y el octocrileno, que completan la formulación de los protectores químicos, son eficaces para absorber los rayos UV y transformarlos en calor. Antioxidantes como las vitaminas C y E se usan a menudo para combatir los radicales libres generados por la exposición solar, proporcionando beneficios antiaging.
Por último, el ácido hialurónico y la glicerina, que ayudan a hidratar la piel, lo que es especialmente beneficioso en formulaciones para pieles secas. Firmas de cosmética acompañan algunos de estos ingredientes con otros como el aceite de semillas de granada, el aloe vera puro ecológico, la manteca de karité bio y sin refinar o los aceites de coco y zanahoria, este último fundamental para un bonito bronceado.
Las texturas de un protector solar… ¿mejor en crema o en spray?
Las cremas son ideales para pieles normales y secas ya que proporcionan hidratación adicional: “Son más espesas y por tanto, mucho más reconfortantes para una piel seca, pero pesadas para algunos tipos de piel grasa” – matiza Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma sevillana Nezeni Cosmetics, que considera más adecuadas las lociones ya que son más ligeras y ofrecen una buena mezcla de hidratación sin ser demasiado pesadas.
Sobre los geles, es mejor usarlos en pieles grasas o acneicas por su textura ligera de absorción rápida. Y los sprays, más orientados al cuerpo: “También son de aplicación rápida, y si queremos usarlos en la cara, recomiendo rociar el producto primero en las manos para luego aplicarlo, así evitamos la inhalación de ingredientes”.
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