Ubicada en la 57th Street, se erige como el punto de encuentro definitivo donde convergen el retail, la cultura y la gastronomía.
Tras años de renovación de su icónica flagship en la Quinta Avenida, Louis Vuitton apuesta por una experiencia inmersiva con la inauguración de una tienda temporal en 57th Street de Nueva York. Este nuevo destino no solo se posiciona como el más grande de la marca en el país, sino que introduce conceptos pioneros: el primer café Louis Vuitton en EE. UU., una chocolatería artesanal, una propuesta culinaria global y una colección cápsula exclusiva inspirada en la ciudad. Más allá de un espacio comercial, la Maison busca encapsular su vínculo histórico con la ciudad que nunca duerme y su espíritu de reinvención constante.
Desde su desembarco en Estados Unidos en 1898, la casa de moda francesa ha establecido una conexión especial con la Gran Manzana, reinterpretando el art de vivre francés a través de un giro local. La apertura de su primera tienda en la calle 57 en 1980 marcó un hito en su expansión global y hoy esa relación se renueva con un espacio que celebra tanto su herencia como el dinamismo de Nueva York.
Situada en un emblemático edificio Art Decó, la boutique rinde homenaje a su legado arquitectónico al mismo tiempo que reimagina el interior con un atrio monumental diseñado por Shohei Shigematsu (OMA). Este espacio presenta esculturas vertiginosas de 16 metros, donde los icónicos baúles Courrier Lozine 90 forman estructuras en zigzag que reflejan fuerza y ligereza.
Otro punto importante es una pared de 18 metros construida con icónicos bolsos espejados como el Speedy o el Keepall, creando un efecto visual dinámico que dialoga con los murales de artistas de la talla de Yayoi Kusama y Takashi Murakami y colaboraciones con grandes nombres de la industria como Supreme.
El diseño interior supone una exquisita mezcla entre lo industrial y lo cálido: cemento expuesto, alfombras de lujo y muebles vintage cuidadosamente seleccionados, junto a piezas de diseño de Charlotte Perriand, Carlo Mollino y otros nombres destacados.
El primer piso está dedicado a productos de cuero, desde una amplia selección de bolsos y artículos de estilo de vida hasta una nueva sala de viajes que destaca el ADN de la Maison, con un artesano especializado en personalización disponible. El universo femenino rodea el perímetro del segundo piso, mientras que el universo masculino ocupa el tercero. El quinto piso está dividido entre espacios de salón privados que incluyen tres salones íntimos y un área para las colecciones Objets Nomades y Art de la Table. De manera única, este piso alberga una sala secreta al estilo loft, accesible desde uno de los salones. Aquí, el enfoque principal estará en los relojes y joyas de alta gama de Louis Vuitton.
La cuarta planta sorprende con una propuesta única que fusiona la elegancia francesa con la atmósfera neoyorquina. Con diseño de loft y una biblioteca curada por Ian Luna, el café se convierte en un punto de encuentro cultural y gastronómico. Entre los libros destacan obras de artistas vinculados a LV como Jeff Koons y Stephen Sprouse, junto a títulos icónicos de arte, moda y arquitectura.
El menú, diseñado por Arnaud Donckele y Maxime Frédéric, reinventa el concepto del «lujo del snacking». Platos como raviolis de trufa con grabados Monogram y tartaletas Damier elevan lo cotidiano a lo extraordinario. Los Croque sandwiches, que fueron un éxito en París, harán su debut transatlántico. Y, por supuesto, la burger recibirá el tratamiento LV. Para Nueva York, han desarrollado un enfoque gastronómico innovador con el apoyo de jóvenes talentos locales, Christophe Bellanca y Mary George, quienes lideran Le Café Louis Vuitton.
También hay espacio para los dulces. Y es que el chocolate fino se ha convertido en otra expresión del savoir-faire de la casa. Tras su éxito en París, Singapur y Shanghái, Le Chocolat Maxime Frédéric at Louis Vuitton abre su primera ubicación en EE. UU. y presenta una gama de barras y especialidades exclusivas elaboradas a mano por el reconocido chef pastelero y su equipo en las cocinas de París.
Por último, y no por ello menos importante, nos encontramos con una exclusiva colección cápsula diseñada para celebrar por todo lo alto este hito. Abarca ropa prêt-à-porter para hombre y mujer, artículos de cuero, accesorios y regalos, como un tributo al estilo de la ciudad de Nueva York.
Entre los bolsos de colección se incluyen el recién lanzado Neverfull Inside Out en amarillo taxi, el Speedy Soft con forro amarillo y etiquetas divertidas, el Capucines adornado con los rascacielos de la ciudad y el GO14 en un brillante dorado claro. Vivienne regresa como una figurita coleccionable inspirada en el «New York State of Mind», además de aparecer en pequeños artículos de cuero, un bandeau de seda y otros artículos ideales para regalar.
Dentro de la cápsula masculina, se redescubren los códigos de la precolección SS25, inspirados en la iconografía de la vida en la gran ciudad. La matrícula icónica de NYC se reduce al tamaño de un charm para adornar el Avenue Slingbag y el Keepall, o como grabado en la billetera Slender, todos en la línea Monogram Héritage en color amarillo. En la matrícula se lee «LV since 1854», un guiño lúdico a la fecha de fundación de la Maison.
En definitiva, Louis Vuitton 57th Street NYC no es solo una tienda; es un destino que encarna la fusión de lujo, cultura y creatividad. Un homenaje a Nueva York y una declaración de que, para LV, el retail del futuro es una experiencia multisensorial que trasciende las compras.
Dirección:
Louis Vuitton 57th Street NYC
6 East 57th Street, New York, NY 10019, EE. UU.
Horario:
De lunes a sábado: de 10am a 8pm
Domingo: de 11am a 7pm
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