Presentada como una extensión natural de su universo minimalista, la colección debuta en exclusiva en la recién inaugurada flagship de Ginza, Tokio.
La casa de moda, sinónimo de pureza estética y diseño elevado, da un paso audaz al mundo de la alta joyería con el lanzamiento de su primera colección en esta categoría.
Inspirada en los elementos esenciales de la naturaleza –la botánica, el agua y el cosmos–, la línea plasma la luz como concepto central, apostando por formas orgánicas y arquetípicas. Cada pieza combina oro de 18 quilates con diamantes cultivados en laboratorio, fusionando la excelencia de la tradición orfebre italiana con las tecnologías más avanzadas como la impresión 3D y procesos sostenibles de fundición a la cera perdida.
El resultado son piezas escultóricas que celebran las irregularidades, donde cada imperfección está calculada para reflejar el carácter único de quien las porta. Superficies pulidas a mano, contrastes de texturas y diseños que privilegian la ligereza y la funcionalidad sin sacrificar el impacto visual.
La colección incluye piezas emblemáticas como la serie ‘Branch’, que explora formas fractales con diseños huecos y acabados ultraligeros, perfectos para un uso diario sofisticado. Por otro lado, ‘Astral’ traduce el lenguaje cósmico en cadenas planas y colgantes con formas solares, destacando por su técnica de acuñado con prensas de alta precisión. Finalmente, la serie ‘Drop’ convierte la microfusión en arte, creando mini esculturas elípticas que redefinen el minimalismo como una experiencia táctil y visual.
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