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10 momentos en los que David Lynch dejó su huella en la moda

Transformando su universo visual en un referente cultural que ha sido abrazado en numerosas ocasiones por algunas de las casas de moda más relevantes.

10 momentos en los que David Lynch dejó su huella en la moda

Su visión surrealista y enigmática del cine logró trascender los límites de la gran pantalla para dejar una marca indeleble en las propuestas más atrevidas de los diseñadores.

David Lynch ha sabido transformar su universo visual en un referente cultural que ha sido abrazado en numerosas ocasiones por algunas de las casas de moda más relevantes, dirigiendo campañas publicitarias y colaboraciones que, a día de hoy, continúan calificándose como verdaderas obras de arte.

A continuación, exponemos algunos de sus momentos más icónicos fuera del cine:

‘Obssesion’ de Calvin Klein (1988)

Su primera incursión importante en el universo publicitario. En ella, creó una atmósfera sensual y perturbadora como solamente él sabe. Y el resultado fue una campaña cargada de simbolismo y tensión emocional donde las imágenes evocaban un deseo visceral, un juego entre lo prohibido y lo inalcanzable. Los rostros y los cuerpos de Benicio del Toro y Heather Graham estaban impregnados de una carga psicológica completamente hipnotizante, mientras se ofrecía un producto que no solamente era un perfume, sino una invitación a entrar en un mundo de obsesión, deseo, temores y anhelos.

‘Opium’ de Yves Saint Laurent (1992)

Una de las fragancias más conocidas de la Maison francesa, que a día de hoy continúa siendo todo un icono con embajadoras de la talla de Zoë Kravitz, fue en su día objeto de análisis de Lynch. En esta ocasión consiguió imaginar un universo de misterio y erotismo, pero con un toque de sensualidad mucho más sofisticado. Un dramático juego de luces y una embriagadora banda sonora que teletransportaban al espectador a un sueño sensorial plagado de opulencia y misterio.

‘Who is Gio?’ de Giorgio Armani (1992)

Ese mismo año, el de Missoula trabajó en otra campaña que, por el contrario, se alejaba de la publicidad tradicional al mezclar el misterio con la elegancia. Los encuadres y los estilismos bebían directamente de su esencia surrealista, con imágenes que sugerían más de lo que mostraban y dejaban al público sumido en la incertidumbre.

‘The Wall’ de Adidas (1993)

Consiguió conquistar el mundo del deporte con una de las colaboraciones más innovadoras en la historia de la publicidad. Y para ello no hizo otra cosa que transformar el acto de hacer ejercicio en una experiencia visualmente fascinante donde las fronteras entre el deporte, el arte y la psicología se desdibujaban por completo. Los fotogramas mostraban al protagonista intentando escapar de una ciudad apocalíptica y alcanzar así una nueva dimensión fuera de la realidad, todo ello a través de su inconfundible tensión y simbolismo visual.

‘Tresor’ de Lancôme Paris (1993)

Sin duda, uno de los trabajos más sensuales del director, en la que fue capaz de capturar al magia etérea de lo intangible -además de la elegancia de la propia fragancia- a través de la inigualable Isabella Rossellini, cuyo rostro se dejaba ver entre las luces difusas y los planos cerrados. Al igual que en sus largometrajes, Lynch jugó en esta ocasión con el concepto del deseo oculto y la revelación parcial.

‘Sun, Moon, Stars’ de Karl Lagerfeld (1994)

El misticismo se apoderó de esta propuesta donde el espacio onírico conseguía diluir el tiempo. No faltaron los elementos de misterio y el foco en lo etéreo, ofreciendo el escenario perfecto para una fragancia de este tipo. El lujo de la alta costura se contraponía con exactitud y exquisitez ante la incomodidad de lo extraño, con instantes que parecían estar suspendidos en el tiempo y Daryl Hannah meditando sobre el universo.

‘Fahrenheit’ de Dior (2004)

Durante su etapa al frente de la dirección creativa de la línea masculina de Dior, Hedi Slimane le encomendó a la misión de dirigir el comercial de su fragancia Fahrenheit. Y para ello, Lynch imaginó un homenaje visual a la unión entre la modernidad y lo primitivo, un concepto tan querido por el diseñador.

‘Gucci’ de Gucci (2008)

En esta ocasión, el director trasladó la elegancia de Gucci a un plano abstracto y psicológico donde las fronteras entre el sueño y la realidad desaparecían por completo. Se trata del primer spot televisivo de la Casa italiana, protagonizado por tres de las modelos más emblemáticas del momento: Raquel Zimmerman, Natasha Poly y Freja Beha Erichsen, quienes encarnaron a la perfección la esencia del perfume con una sofisticación inquietante. Y como banda sonora, Heart of Glass de Blondie, por supuesto.

Lady Blue Shanghai’ de Dior (2010)

En su búsqueda de algo más que la estética convencional, Dior confió en la visión única de David para uno de sus lanzamientos más esperados del momento. Y lo que hizo fue crear una narrativa visual de gran carga convencional, con Marion Cotillard al frente, atrapada en un escenario ambiguo que evocaba el misticismo lynchiano acercándolo al universo de la alta costura.

‘Fetish’ de Christian Louboutin (2011)

Una exclusiva serie de imágenes que exploran el fetichismo y el deseo a través de la moda y del surrealismo. En ellas, las modelos adoptan posturas dramáticas ante la cámara, rodeadas de zapatos del aclamado diseñador y dentro de una atmósfera misteriosa y sensual a partes iguales. El erotismo de Lynch, que tantas veces ha invadido sus largometrajes, se adapta a la perfección a este proyecto único.

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