Nara Smith —ícono silencioso de una nueva generación de mujeres multiverso— se une a Marc Jacobs para celebrar la maternidad desde un lugar íntimo, elegante y profundamente contemporáneo. La campaña, concebida como una oda visual al amor cotidiano, trasciende el simple homenaje al Día de la Madre y se instala como una reflexión estética sobre el acto de maternar en tiempos líquidos.
Fotografiada en espacios domésticos que rozan lo onírico, la content creator especializada en comida se mueve entre lo tierno y lo sublime, compartiendo escenas con su hija que se sienten más como stills de un film de autor que como una campaña comercial. Hay cocina, sí, y hay juego; pero sobre todo, hay una presencia serena que habla de contención, de vínculo, de un nuevo lujo emocional.
En este universo cuidadosamente curado, Marc Jacobs introduce su selección de piezas para el Día de la Madre: el bolso acolchado doble —práctico, sí, pero revestido de una belleza funcional que dialoga con la vida en movimiento—, junto con accesorios como los pendientes de margarita y el collar globo, que capturan esa dualidad tan Marc: dulzura y carácter, inocencia y presencia.
La propuesta no busca impresionar, sino conmover. No grita, susurra. Es una carta visual a las madres que no responden a moldes, sino que los reinventan. A las mujeres que maternan, crean, cocinan, sienten y caminan el mundo con estilo propio.
Descubre la colección en marcjacobs.com.
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