El verano según Prada no es una estación, es un estado mental. En su nueva campaña Days of Summer, la casa italiana nos invita a entrar en un paisaje suspendido entre el sueño y el deseo: un mar calmo, sin principio ni final, donde la serenidad se convierte en protagonista y la moda en narrativa.
Con la dirección creativa conjunta de Miuccia Prada y Raf Simons, esta colección se desliza como una brisa tibia entre referencias náuticas, estructuras urbanas y esa libertad evasiva que solo el verano puede prometer. Kendall Jenner, Hunter Schafer y Troye Sivan —junto a un elenco diverso y casi etéreo— habitan este universo líquido como exploradores de un hedonismo elegante, flotando en gozzi italianos de colores vivos, listos para zarpar hacia lo inesperado.
Oliver Hadlee Pearch captura cada imagen como si fuera un instante sagrado. No hay movimiento, pero sí una tensión interna, una espera cargada de posibilidades. El mar se funde con el cielo en una paleta de azules infinitos, diluyendo la línea entre realidad y utopía. Es un homenaje a la esencia más pura del verano: el inicio, la promesa, el escapismo.
Las prendas, por su parte, juegan con dualidades: lo formal y lo informal, la ciudad y la costa, el control y la despreocupación. Son uniformes para una generación que no le teme al contraste, sino que lo celebra como identidad.
Con una campaña firmada por Ferdinando Verderi, Prada Days of Summer no es solo una invitación a vestir la temporada, sino a vivirla como una obra de arte en pausa. Porque a veces, lo más radical es simplemente dejarse llevar.
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