El universo del lujo acaba de presenciar un cambio de tronos. Hermès, esa maison que nunca corre, pero siempre llega primero, acaba de convertirse oficialmente en la marca de lujo más valiosa del planeta. Mientras LVMH tambalea con una caída bursátil del 7,8% tras resultados decepcionantes en su primer trimestre, Hermès flota imperturbable… y asciende al Olimpo.
Con una capitalización de mercado de 276,3 mil millones de dólares, Hermès supera —aunque por poco— a su eterno rival LVMH Möet Hennessy Louis Vuitton SE, que se queda atrás con 274.500 millones. El dato no es menor: Hermès se convierte así en la tercera empresa más valiosa de Europa, solo por detrás de SAP y Novo Nordisk, según datos de Bloomberg.
Este movimiento no solo marca un hito financiero; también es una lección de elegancia estratégica. En un entorno macroeconómico cada vez más impredecible, Hermès demuestra que la exclusividad silenciosa y la artesanía atemporal siguen siendo más fuertes que el imperio del marketing y el consumo masivo del lujo. “Hermès es visto como más resistente en contextos inciertos, y eso es exactamente lo que estamos viendo ahora”, apunta Jelena Sokolova, analista de Morningstar, para Bloomberg.
La historia entre Hermès y LVMH está lejos de ser una narrativa pacífica. Allá por 2010, Bernard Arnault —alias “el lobo de la cachemira”— intentó tomar el control de Hermès, elevando su participación al 17% sin previo aviso. La familia Hermès no solo resistió, sino que logró revertir la jugada, obligando a Arnault a vender sus acciones y reafirmando su independencia con elegancia letal.
Hoy, mientras Arnault ocupa el quinto puesto en el índice de multimillonarios de Bloomberg, la familia Hermès, liderada por Axel Dumas, se posiciona como la más rica de Europa, con un patrimonio estimado de 171 mil millones de dólares al cierre de 2024.
Y no es un golpe de suerte. Durante el tercer trimestre del año pasado, Hermès registró un crecimiento del 11,3% en ventas, y en 2024 la maison continuó su vuelo ascendente con un incremento global del 13%. Cuando el resto tambalea, Hermès levita.
Stella McCartney compra la participación de LVMH y redefine el lujo sostenible.
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