Maison Valentino abre un nuevo capítulo en su narrativa contemporánea. Tras la ensoñación onírica de la campaña Nellcôte, la maison italiana presenta ahora una nueva pieza dentro de su mitología moderna: Valentino Garavani Vain, una campaña que no se limita a mostrar bolsos, sino que construye un lenguaje. Un idioma donde la feminidad, la intimidad y el tiempo suspendido se convierten en símbolos con densidad emocional.
Este segundo acto, orquestado por el genio sensorial de Alessandro Michele y capturado por el ojo inquieto y difuso de Sharna Osborne, se presenta como una carta de amor a la estética analógica. Lejos de la perfección digital, esta campaña es un regreso a lo táctil, a lo impermanente, a lo crudo. A ese lugar donde las imágenes no solo se miran, sino que se sienten.
Los encuadres cargados de grano, los colores difuminados como recuerdos imposibles de fijar, y la tensión latente entre las protagonistas, evocan una sensibilidad propia del cine experimental europeo. Aquí, el bolso Vain no aparece como un simple objeto funcional, sino como un relicario simbólico, una extensión del cuerpo, una huella del alma.
Créditos de la imagen: Cortesía de Valentino
La campaña despliega una coreografía íntima entre dos mujeres atrapadas en un instante perpetuo. Sus cuerpos —a veces cercanos, a veces distantes— parecen habitar un mismo plano afectivo, una dimensión en la que el deseo no es explícito, sino sugerido. Se miran y se ausentan. Se encuentran y se pierden. Todo ocurre en ese umbral donde lo visible se mezcla con lo oculto. Y allí, en medio de esta atmósfera cargada de erotismo contenido, se encuentra el Vain: no como un simple accesorio, sino como el guardián de secretos, el testigo que articula una relación cargada de misterio.
Valentino Garavani Vain
La familia Valentino Garavani Vain se presenta como la síntesis perfecta entre tradición y vanguardia, entre artesanía elevada y exploración conceptual. La silueta —diseñada con precisión casi arquitectónica— destila una elegancia atemporal, pero se carga de matices nuevos con cada iteración. Esta temporada, la línea incorpora una nueva versión top handle de asa alargada que permite llevarla al hombro, confeccionada en piel de becerro suavemente estructurada y pieles preciosas de acabado lustroso.
El debut del modelo vanity ovalado, con su tapa superior que recuerda a las reliquias personales del pasado, introduce una actitud más escultórica y contemporánea, sin abandonar el código estético que hace reconocible a Valentino. Las versiones shoulder regresan con acabados artesanales. Bordados florales ejecutados en perlas, terciopelo, rafia o piel, transforman cada pieza en una obra de arte portátil. Y la edición animalier introduce un contrapunto salvaje que aporta tensión a la narrativa estética.
Como cierre a esta colección de bolsos, surge el Soft Vain clutch: una pieza que introduce una nueva gestualidad dentro del universo Vain. Bordados exuberantes, asas en karung a contraste y una silueta más blanda y fluida. Este clutch es versátil, sofisticado. Es la traducción física del effortless glamour —ese arte de seducir sin proponérselo, de dominar la escena sin decir una palabra—.
Ya puedes hacerte con la colección en valentino.com.
El desfile que marcó el regreso de Alessandro Michele para Valentino.
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