Hazte premium, solo 1€ al mes

Doomscrolling: el hábito silencioso que erosiona nuestra salud mental 

Descubre qué es el doomscrolling, cómo afecta tu salud mental y aprende 7 formas de romper el ciclo de la negatividad digital.

Doomscrolling: el hábito silencioso que erosiona nuestra salud mental 

Vivimos inmersos en un flujo constante de estímulos digitales donde lo urgente reemplaza a lo importante y la negatividad domina el algoritmo. En este contexto, el doomscrolling —esa costumbre de consumir compulsivamente noticias deprimentes— ha dejado de ser un gesto inconsciente para convertirse en una dinámica cotidiana con consecuencias reales. Más que una simple palabra de moda, es el síntoma de una relación disfuncional con la información.

Solo en Estados Unidos, las búsquedas de “cómo dejar de hacer doomscrolling” han aumentado en un 250 %, reflejo de una sociedad atrapada en un bucle de negatividad digital. Pero no es un fenómeno aislado. Una reciente investigación de OnePlus confirma que el Reino Unido no es inmune: el ciudadano británico promedio pasa más de 96 minutos al día desplazándose sin rumbo, absorbido por titulares tóxicos, reality shows y teorías conspirativas. Un ciclo agotador que, inevitablemente, deja secuelas.

La lógica es simple: cuanto más contenido alarmante consumimos, más entrenamos a nuestros algoritmos —y a nuestro cerebro— para buscarlo. Según Jacob Fisher, PhD en comunicación y profesor en la Universidad de Illinois, quien está atrapado en este hábito “sigue interactuando con la información incluso después de haber absorbido más de lo necesario”. El resultado es un sistema nervioso hipersensible, una mente cansada y una conexión con la realidad mediada por el miedo.

Retomando una analogía del programa Hot Ones, en el que las celebridades mitigan la intensidad de las alitas picantes con sorbos de leche, podemos trasladar ese mismo principio al ámbito informativo: tras una exposición constante a contenidos abrumadores, se vuelve esencial incorporar pausas conscientes que sirvan como contrapunto emocional y permitan restablecer el equilibrio entre mente y entorno digital.

¿Cómo desintoxicarse del doomscrolling?

1. Curar tu propio contenido “feel-good”

El primer paso es reconocer que no todo lo que consumimos tiene que estar cargado de gravedad. Cultivar un archivo personal de contenido que te haga sentir bien —ya sea una serie ligera, clips musicales, entrevistas inspiradoras o memes absurdos— no es banalidad, es balance. Elegir activamente consumir alegría reeduca tu atención y cambia la energía de tu entorno digital.

2. Entrena tus algoritmos

Sherry Benton, PhD, lo resume así: “Cambia lo que consumes, y tu algoritmo cambiará contigo”. Si constantemente haces clic en contenido alarmista, el sistema lo interpreta como tu prioridad. Empieza a seguir cuentas que hablen de arte, ecología, diseño, ciencia, bienestar, espiritualidad o cualquier tema que te inspire. Hazlo conscientemente durante varios días. Tus algoritmos se ajustarán y el entorno informativo comenzará a reflejar esa nueva dirección.

3. Vuelve al presente con una lista de gratitud

No se trata de negar lo que va mal, sino de ampliar la mirada. Hacer una lista —mental o escrita— de cosas por las que estás agradecido ayuda a anclarte al presente. Puede ser algo tan básico como tener agua caliente, una conversación significativa o una canción que te emocionó. Este gesto sencillo te entrena para detectar lo que  funciona, incluso en medio de la confusión.

4. Sal a la naturaleza

Salir al exterior —aunque solo sea por unos minutos al día— puede recalibrar tu sistema nervioso de forma tangible. Caminar sin rumbo, observar el cielo, tocar un árbol, sentarte en silencio en un parque… Estos micro actos permiten que tu cuerpo y tu mente desaceleren, saliendo del ritmo artificial de las pantallas. La naturaleza no es un lujo, es medicina.

5. Conecta con otras personas

El doomscrolling a menudo prospera en la soledad. Retomar el contacto con personas con las que tienes vínculos auténticos te recuerda que el mundo real está lleno de matices, de humor, de afecto y de historias que no aparecen en los titulares. No necesitas estar rodeado todo el tiempo, pero priorizar encuentros genuinos —físicos o digitales— recarga emocionalmente.

6. Participa en tu comunidad

Informarse sin acción puede volverse paralizante. Volcar tu energía en algo concreto —ayudar en una causa local, asistir a una asamblea vecinal, colaborar con una ONG o limpiar tu barrio— convierte la ansiedad en agencia. Además, te conecta con otras personas conscientes, demostrando que sí hay redes de cuidado y cambio más allá del cinismo de las redes.

7. Crea

La expresión artística —desde escribir, pintar, cocinar o hacer collages hasta aprender un instrumento o diseñar tu ropa— es una vía efectiva para metabolizar el estrés y transformarlo en algo con forma, color o textura. La creatividad no solo distrae: te devuelve el sentido de autoría sobre tu vida en un momento en el que todo parece impuesto.

Cómo Internet está transformando la sexualidad en ls nuevas generaciones.

Sigue toda la información de HIGHXTAR desde Facebook, Twitter o Instagram

© 2025 HIGHXTAR. Todos los derechos reservados.