La historia de Ferragamo no puede entenderse sin Hollywood. Allí fue donde Salvatore se convirtió en “el zapatero de las estrellas”, calzando a iconos como Joan Crawford y Judy Garland, y vistiendo los rodajes de Cecil B. DeMille o Marilyn Monroe. Para la temporada Pre-Fall 2025, la firma regresa a ese vínculo fundacional y lo reinterpreta a través de un nuevo lenguaje cinematográfico.
El proyecto toma forma en una película de tres capítulos dirigida por la cineasta italiana Alice Rohrwacher, rodada en Cinecittà y estrenada de manera fragmentada durante la temporada. Maximilian Davis, director creativo de la maison, lo define como “una historia que se siente muy italiana, pero basada en el cine de Hollywood”. Con humor, ironía y un ojo preciso para captar atmósferas, Rohrwacher se adentra en los archivos de la firma para construir un relato sobre elegancia, innovación y artesanía.
Capítulo 1 – La cita
Angelina Kendall encarna a la estrella en pleno ritual de preparación: polvos en el rostro, tacones Gancini brillando bajo la luz, un bolso al compás de la claqueta. La escena subraya la sofisticación del zapato de salón, convertido en símbolo eterno de Ferragamo. “Queríamos presentarlo como parte de la creación de la estrella de cine: una forma divertida, casi irónica, de presentar la elegancia”, apunta Davis.
Capítulo 2 – La aventura
El verano se abre paso con piezas que rinden homenaje a la experimentación material de Salvatore: sandalias de tacón de corcho, rafia, bolsos tejidos, mules sin cordones. Todo dentro de un set que utiliza retales de tela para recrear olas cinematográficas, fusionando la artesanía de la moda con la del cine. “Las ideas de Salvatore de utilizar los materiales que te rodean para innovar me parecen muy interesantes”, explica Davis.
Capítulo 3 – Doble sueño
El cierre se traslada a la campiña toscana, donde Kendall –junto a su gemela ficticia creada mediante reflejos– pedalea entre texturas suaves: mocasines Vara de tacón alto, el nuevo Soft Bag en piel flexible perforada con motivo Gancini, vestidos bouclé y acabados en charol. Una imagen sensual y moderna que sintetiza la mujer Ferragamo actual: sofisticada, libre y profundamente italiana.
Detrás de esta narrativa se encuentra un equipo de primer nivel: la dirección creativa de campaña corrió a cargo de Ferdinando Verderi, el estilismo de Lotta Volkova y la escenografía de Emita Frigato, con Giovanni Gherzi acompañando a Angelina Kendall frente a la cámara. El beauty look fue diseñado por Virginie Moreira en peluquería, Thom Walker en maquillaje y Sylvie Macmillan en manicura, completando así una producción que equilibra la memoria de Hollywood con la artesanía contemporánea italiana.
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