Concebida como esculturas invisibles, donde el tiempo se convierte en materia prima.
Más de setenta y cinco años después de que Cristóbal Balenciaga presentara ‘Le Dix’ -el primer perfume de la Maison– Balenciaga vuelve a su archivo para dar vida a una propuesta que honra el pasado y desafía el presente. Porque esta colección, además de celebrar la herencia del modisto español, conocido por su precisión técnica y sus siluetas revolucionarias, también traslada ese ADN radical al terreno de la perfumería contemporánea.
El proyecto nace tras una investigación de 15 años, culminada con el hallazgo de un frasco olvidado de Le Dix que data de 1947. Este gesto de arqueología olfativa ha dado pie a un renacimiento donde tradición y tecnología conviven en perfecta armonía. Los frascos recargables reproducen fielmente el diseño original, con su tapón esférico de cristal y una cinta atada a mano. El envase, marcado con la huella del tiempo y el contraste del gris industrial, materializa la metáfora de lo que Balenciaga propone: un diálogo entre memoria y futuro.
Las diez nuevas fragancias despliegan un espectro olfativo que va de la luz más pura a la oscuridad plena. Un estudio de dualidades en el que los aceites preciosos colisionan con estructuras contemporáneas, y la maestría de la perfumería francesa se encuentra con la innovación más actual y radical. Alta costura embotellada.
La colección ya está disponible en la tienda de fragancias de Balenciaga, en la icónica dirección de la Maison (10 Avenue George V, París), así como en tiendas seleccionadas de todo el mundo y balenciaga.com.
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