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SailGP x Tommy Hilfiger Eyewear: cuando la moda y el deporte de se unen

El equipo estadounidense US SailGP y Tommy Hilfiger Eyewear se unen para proyectar un mensaje donde el rendimiento se entrelaza con la estética.

SailGP x Tommy Hilfiger Eyewear: cuando la moda y el deporte de se unen

SailGP ha convertido la vela en un fenómeno deportivo global. Lo que antes se percibía como un ámbito reservado a una élite, hoy se presenta como un espectáculo accesible, visible y emocionante. Carreras breves, barcos idénticos y una narrativa que acerca al público a la acción han transformado el paisaje de la competición náutica. En este nuevo marco, el equipo estadounidense US SailGP y Tommy Hilfiger Eyewear se unen para proyectar un mensaje donde el rendimiento se entrelaza con la estética.

Desde 2019, SailGP se ha consolidado como una de las propuestas más innovadoras en el panorama deportivo internacional. Su formato rompe con las distancias tradicionales: regatas cortas, trazados frente a la costa y embarcaciones capaces de alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h. El resultado es un deporte que se mira y se siente con la misma intensidad, en el que cada maniobra tiene repercusión inmediata en la clasificación y en la experiencia del espectador.

Los catamaranes F50 son el eje de esta revolución. Gracias a sus foils, logran “volar” sobre la superficie del mar, reduciendo la fricción y multiplicando la velocidad. La precisión técnica que requieren estas embarcaciones convierte cada regata en un ejercicio de coordinación, lectura del viento y reacción en fracciones de segundo.

El US SailGP Team condensa en su tripulación una suma de habilidades complementarias: la visión estratégica del timonel, la lectura global del estratega, la gestión de potencia del trimmer de ala, la concentración del controlador de vuelo y la fuerza constante de los grinders. Más que un grupo de especialistas, se trata de un engranaje colectivo que convierte la presión en disciplina y la exigencia en oportunidad.

Este modo de entender la competición conecta con un público que busca en el deporte no solo espectáculo, sino también narrativas de equipo, resiliencia y precisión.

Tommy Hilfiger ha construido parte de su imaginario en torno al mar. Su colaboración con el US SailGP Team no responde únicamente a criterios de patrocinio: se enmarca en una relación entre deporte y estilo de vida. Las gafas que emplean los atletas no son un accesorio: son un recurso funcional frente al reflejo constante del agua, la intensidad del sol y la necesidad de mantener la concentración. A la vez, transmiten un mensaje estético coherente con la identidad de la marca.

La fusión entre moda y deporte no es aquí decorativa, sino operativa. La innovación en materiales, el diseño pensado para la acción y el simbolismo de una marca global convierten el eyewear en parte de la narrativa competitiva.

La bahía de Cádiz será la próxima parada del circuito. Con condiciones de viento tan cambiantes como desafiantes y un público situado a escasos metros de los barcos, la ciudad andaluza ofrece un marco inmejorable para mostrar la propuesta de SailGP: velocidad, proximidad y emoción. En este entorno, la alianza con Tommy Hilfiger Eyewear se proyecta con fuerza, situando a la moda en un espacio compartido con la alta competición.

Hablamos w/ Mike Buckley de US SailGP team

Mike Buckley no es solo el CEO y estratega del U.S. SailGP Team: es el arquitecto de una nueva visión para la vela contemporánea. Exregatista de élite y ahora copropietario del equipo estadounidense, Buckley ha convertido su trayectoria en un manifiesto que fusiona alto rendimiento, diversidad y disrupción cultural. Bajo su liderazgo, el equipo no solo compite al más alto nivel técnico con los F50, sino que redefine la narrativa del deporte al unir fuerzas con la firma de moda Tommy Hilfiger, en una alianza que convierte a la vela en una plataforma estética, inclusiva y transversal. 

HIGHXTAR (H) – ¿Cómo descubriste la vela y qué te llevó a dedicarte a ella de manera profesional?

MIKE BUCLKEY (M) – No empecé en la vela de la forma habitual. Fui a un internado pensando que jugaría al hockey o al fútbol… pero resultó que no se me daba bien ninguno de los dos. Aquel colegio tenía un gran equipo de vela, y ver a esos chicos me hizo querer probar. Después de mi primer año me apunté a unas clases recreativas y me enamoré por completo. A partir de ahí, la vela me dio una educación, me llevó por todo el mundo y, con el tiempo, se convirtió en mi carrera profesional.

Lo que realmente me impulsó fue competir al máximo nivel y rodearme de personas que buscan constantemente superar los límites. Con el tiempo, se convirtió en mucho más que un deporte: se convirtió en una vocación, y ahora también en una oportunidad para contribuir a dar forma al futuro de la vela como propietario de equipo.

(H) – ¿Qué aprendizajes te llevas de la vela en tu día a día?

(M) – En la vela siempre te enfrentas a dos cosas: la naturaleza y los demás equipos. No puedes controlar el viento, pero sí puedes controlar lo preparado que estás y cómo reaccionas ante cada situación. Los errores van a ocurrir; los mejores equipos son los que saben tomar una buena decisión justo después de cometer uno. Esa es la diferencia entre ganar o perder, tanto en la vela como en la vida y en los negocios.

(H) – ¿Qué diferencia a un F50 de cualquier otra embarcación de vela?

(M) – El F50 es un catamarán de última generación con foils que literalmente vuela sobre el agua y puede alcanzar más de 100 km/h. La velocidad es impresionante, pero lo que realmente lo distingue es el nivel de precisión que exige: cada movimiento debe ser perfecto, y todas las decisiones se toman en tiempo real con tu equipo. No hay margen de error.

(H) – ¿Qué momento dentro de una manga suele ser más decisivo?

(M) – La salida lo es todo. En esos primeros 20 segundos decides si te colocas en cabeza para controlar la regata o si te toca ir a la caza desde atrás. Pero con barcos tan rápidos, no puedes bajar la guardia nunca: un solo error o un movimiento valiente en una boya pueden cambiarlo todo. Y eso es precisamente lo que lo hace tan emocionante.

(H) – ¿Cómo se organiza la toma de decisiones a bordo en un entorno de tanta presión?

(M) – Cada miembro del equipo tiene una función muy clara, y todo sucede a gran velocidad. El piloto decide la trayectoria, el estratega analiza la visión global de la regata, el wing trimmer gestiona la potencia de la vela rígida, el flight controller se encarga de mantenernos volando y los grinders son nuestro motor. Somos seis personas tomando decisiones en tiempo real, y la única forma de que funcione es la confianza absoluta. Cada uno se concentra en su tarea, confía en que los demás harán lo mismo y se mantiene una comunicación limpia y directa.

(H) – ¿Qué distingue al US SailGP Team de otros rivales de la liga?

(M) – Nuestro espíritu. Somos audaces, optimistas y siempre miramos hacia el futuro. Es algo que compartimos con nuestro socio Tommy Hilfiger. No solo queremos ganar regatas; queremos demostrar que la vela puede ocupar un lugar central en la cultura contemporánea. Hay un legado de unión entre deporte y moda, y nosotros lo estamos llevando al siguiente nivel: demostrando que este deporte puede conectar mucho más allá del agua.

(H) – ¿Cuánto influye la confianza mutua en una tripulación de alto rendimiento?

(M) – Lo es todo. En un F50, cada uno tiene una función única y se toman decisiones en fracciones de segundo. No puedes estar pendiente de lo que hace el otro: tienes que confiar plenamente en que hará lo correcto mientras tú te concentras en tu tarea. Si esa confianza se rompe, estás perdido. Cuando existe, el barco casi parece moverse por instinto.

(H) – ¿Cómo se mide el éxito del equipo más allá de los resultados deportivos?

(M) – Ganar siempre es importante, pero para nosotros va mucho más allá. El éxito también significa acercar la vela a más personas: nuevos fans, gente joven, personas que nunca imaginaron que este deporte podría ser para ellas. Por eso nuestra alianza con Tommy Hilfiger es tan potente: nos permite llegar a nuevos públicos, elevar la percepción de este deporte y mostrar que la vela puede tener un lugar en la cultura. Si conseguimos inspirar a la próxima generación a perseguir sus sueños, eso ya es una gran victoria.

(H) – ¿Qué retos y oportunidades plantea la bahía de Cádiz como campo de regatas?

(M) – Cádiz es un auténtico anfiteatro natural para la competición. El viento allí puede cambiar de forma inesperada: fuerte un minuto, inexistente al siguiente, así que tienes que estar listo para adaptarte en todo momento. Pero al mismo tiempo, es uno de los mejores sitios para regatear porque los fans están literalmente a metros de los barcos, en la orilla. Esa cercanía genera una energía única y convierte a Cádiz en el escenario perfecto para mostrar lo que es SailGP: velocidad, riesgo y emoción.

(H) – ¿Qué esperas de esta próxima carrera en España?

(M) – Cádiz siempre atrae a una gran multitud y transmite mucha energía, así que queremos ofrecer un auténtico espectáculo. Para nosotros, se trata de competir bien. Cada evento es una oportunidad para demostrar quiénes somos como equipo: competir al máximo nivel y mostrar todo el progreso que vamos consiguiendo cada vez que salimos al agua.

(H) – ¿Por qué encaja Tommy Hilfiger con el espíritu de SailGP?

(M) – Tommy siempre fue nuestro socio soñado por su legado en la vela y por su forma de fusionar moda, deporte y cultura pop. La marca aporta una credibilidad global en moda y una visión creativa alineada con nuestra misión.

Para el equipo de EE. UU., esto se refleja en nuestra imagen, en nuestro uniforme, en nuestra narrativa, dentro y fuera del agua. Queremos que todo esté a la altura. Esta alianza es exactamente la forma en la que estamos revolucionando la vela, elevando su presencia en la cultura pop y haciendo realidad nuestra ambición de redefinir tanto el deporte como el estilo.

(H) – ¿Qué exigencias concretas impone la competición al eyewear?

(M) – En el agua, las gafas son esenciales —son una herramienta que nos permite ver con claridad y mantener la concentración en condiciones extremas. Deben eliminar los reflejos, proteger del sol y funcionar de forma fiable a altas velocidades. Al mismo tiempo, son parte de nuestra identidad visual —el diseño y la innovación también comunican quiénes somos, dentro y fuera del agua. Ahí es donde se fusionan la moda y el deporte: gafas que rinden al más alto nivel pero que también reflejan el ADN estilístico de Tommy Hilfiger.

(H) – ¿En qué sentido crees que la moda y el deporte se potencian mutuamente en un escenario como SailGP?

(M) – Nuestra ambición es redefinir el papel de la moda en la vela y el de la vela en la cultura. Esa fusión es lo que convierte a SailGP en algo más que un deporte. Vemos al equipo como una plataforma narrativa —donde el rendimiento en el agua se conecta con la moda, el entretenimiento y las audiencias globales. Se trata de construir un nuevo manual de lo que puede ser un equipo deportivo en el siglo XXI: audaz, inclusivo y con capacidad de influir en la cultura.

(H) – ¿Qué significa para ti la evolución de la vela como deporte global?

(M) – Significa que más personas se ven reflejadas en este deporte. Diferentes culturas, aficionados jóvenes, gente que antes no pensaba que la vela pudiera ser para ellos, ahora están conectando con ella. Eso es lo emocionante: la vela ya no es un deporte de nicho. Para mí, ese es el futuro: un deporte que compite al más alto nivel, pero que también inspira a la próxima generación a salir ahí fuera y luchar por sus sueños.

SailGP es deporte, pero también cultura y estética. La unión del US SailGP Team con Tommy Hilfiger Eyewear proyecta un mensaje claro: el futuro de la vela pasa por ser visible, vibrante y cercano. Cádiz será la próxima prueba de esa transformación.

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