Texto de Ana Franco.
Timothée Chalamet le ha sido infiel a Cartier. El actor francoestadounidense, irreconocible últimamente con su rapado capilar (exigencias del guion de ‘Dune 3’), es imagen de la joyera francesa, pero esta semana se ha dejado caer por el estreno en Nueva York de ‘Marty Supreme’, la comedia dramática deportiva que protagoniza, con un reloj de otra marca. Un reloj que no tiene nada que ver con las finas piezas de Cartier, a veces diminutas, que ha lucido hasta ahora.
El motivo de que hayamos arqueado las cejas es el UJ-2, un ejemplar de 105.000 francos suizos (112.755 euros al cambio actual) de la marca independiente de origen danés Urban Jürgensen, que también en su carácter de compañía nicho se aleja de la relojería más “popular” de Cartier. Ambas, eso sí, son longevas: la de Dinamarca nació en 1773, por lo que es una de las casas relojeras más antiguas y con más historia de la industria.
Hacía mucho que no sabíamos nada de Urban Jürgensen. Estaba de capa caída, pero la acaban de relanzar, y seguramente Chalamet contribuirá a que se dé a conocer al gran público, más allá de los círculos de entendidos en alta relojería. La firma produce a pequeña escala y de manera muy artesanal en Suiza. En el caso de su UJ-2, está fabricado íntegramente a mano, y requiere, como el resto de instrumentos de la enseña, de unas 565 horas de trabajo por parte de un maestro relojero, según la casa.
El que ha llevado Chalamet, de 39 mm de diámetro y con un movimiento mecánico de carga manual, está fabricado en platino, con la esfera plateada y adornada con un grabado guilloché y unas agujas azuladas. Aporta las horas y los minutos (descentrados) y un segundero pequeño a las 5 h. A las 12 h muestra una reserva de marcha fraccionaria. Chalamet lo acompaña de una correa de caucho naranja que suele destacar en su vestimenta. Sin duda, una pieza sorprendente en su colección.
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