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Alejandro Balde y Cyril Kamer: «El barrio te enseña a tener hambre en la vida, humildad y ganas de comerte el mundo»

Hablamos con Alejandro Balde y Cyril Kamer sobre su conexión con el barrio, sus raíces, la música,el fútbol y la moda.

Alejandro Balde y Cyril Kamer: «El barrio te enseña a tener hambre en la vida, humildad y ganas de comerte el mundo»

Nike ha unido a dos voces que están reescribiendo el presente cultural de Barcelona desde sus cimientos: Alejandro Balde, una de las figuras emergentes más relevantes del fútbol europeo, y Cyril Kamer, uno de los nombres más influyentes de la escena musical urbana. Ambos crecieron a pocos pasos de distancia en La Verneda, compartiendo patios, clases, barbershops y una misma pulsión de comunidad.

Su conexión no nace de un strategy deck, sino del barrio: de una amistad que se formó mucho antes de que sus nombres ocuparan titulares. Hoy, desde universos distintos, representan una generación que no busca validación: busca verdad, orgullo local y creatividad radical. Son “cultural challengers” que entienden el deporte y la música como lenguajes capaces de transformar la identidad de una ciudad.

La colección Nike Street Vision logra capturar esa energía a través de este encuentro para conectar fútbol y sonido reinterpretando el sportswear como un nuevo uniforme cultural

Hablamos de una nueva visión del smart sportswear: prendas que optimizan el movimiento, regulan la temperatura y elevan el bienestar físico, sin abandonar la actitud urbana. Street Vision no es solo ropa: es una herramienta para moverse, crear y expresar la identidad propia. Es la evolución del uniforme de calle.

Acompañamos a Balde y Cyril en una charla de amigos sobre sus orígenes, la ambición, la comunidad y cómo Nike ha convertido su conexión en una nueva forma de entender el estilo deportivo en Barcelona.

La Verneda

Volver al barrio es encontrarse con una infancia que nunca termina de marcharse. Balde lo siente cada vez que atraviesa las plazas donde jugaba antes del Barça. «Cada vez que vuelvo y veo a los niños jugar donde yo jugaba… me recuerda a cuando era pequeño», confiesa. Para Cyril, La Verneda es un manual de vida: «La Verneda me ha enseñado la humildad… aunque ahora tenga más dinero, cuando bajo me siento en casa».

Ambos comparten la sensación de haber crecido desde un punto negativo en el marcador. Balde lo dice sin dramatismos, casi como un hecho estadístico: «De donde venimos, hay gente que empieza desde cero; nosotros empezábamos desde menos dos. Hambre, siempre hambre». Cyril complementa esa mirada: «Es difícil lograrlo. Tiene más mérito. Venimos de menos dos y ahora estamos con gente que ha tenido todo desde pequeño».
Balde, que conoce bien la improbable estadística del ascenso social, lo resume con orgullo: «La probabilidad de que personas como tú y yo triunfemos es muy baja… y eso lo hace un orgullo increíble».

Para Balde, volver al barrio es como abrir una ventana a un tiempo donde todo era más pequeño pero también más claro. «Cada vez que vuelvo y veo a los niños jugar donde yo jugaba… me recuerda a cuando era pequeño», dice mientras observa cómo la historia se repite en bucle. Cyril lo vive desde otro plano: «La Verneda me ha enseñado la humildad… aunque ahora tenga más dinero, cuando bajo me siento en casa».

Cuando la música se cruza con el fútbol

Para Balde, la música es una herramienta emocional antes de salir al campo. «Escucho música movida… afro, o algo con letra que me motive para salir a full», explica. Preguntado por el género que mejor define su estilo, no duda: «Dembow, porque el ritmo es rápido», aunque reconoce que «el afro-trap también me pega».

Cyril, en cambio, arranca sus días con otros códigos. «Me pongo música de Florida o Avicii… también 50 Cent, y de hoy, 21 Savage o Lil Baby», confiesa. Cuando Balde le pregunta por el proceso creativo, Cyril desvela un método preciso y repetido: «Primero escucho el beat. Con eso ya sé si será triste, callejero o de amor. Tiro melodías, me las llevo a casa, las escribo y luego vuelvo a grabar».

Moda, identidad y referentes

La estética es un lenguaje que ambos dominan desde mucho antes de que una marca los buscara. Cyril lo señala con humor: «Tú siempre vas bien peinado, con tu estilo, tu perilla…», y Balde revela el secreto que comparten desde hace años: «Nuestro barbero Jey nos deja siempre clean». En su día a día, el futbolista divide su vestuario por función: «Para entrenar, chándal Nike; para cenar o ver partidos, me arreglo más». Cyril se mueve con una coherencia más uniforme: «Voy más en chándal que con jeans… la gente me identifica por eso».

Las zapatillas son otro territorio de afinidad. Balde se inclina por lo esencial: «Muchas Air Force, blancas o negras… y Jordan 4, 3, 11, 5». Cyril ha evolucionado hacia lo práctico: «Antes llevaba Jordan 12 o 11… ahora más bajas: Air Force, deportivas de correr. Incluso con jeans».

Entre La Masía y el estudio

La conversación deriva hacia fantasías cruzadas. Cyril asegura, casi sin pestañear, que si hubiera entrenado con Balde en La Masía desde los quince años, hoy estaría en el primer equipo. «Si hubiera jugado contigo desde los 15, estaría ahí», afirma. Balde no deja pasar la oportunidad de pincharlo: «¿Desde los 15? Nunca te he visto jugar… ¿estás flojo?». Cyril insiste sin perder la sonrisa: «Tres meses solo, dame tres meses». Y Balde contesta con complicidad: «Cuando quieras».

A la inversa, Balde se pregunta cómo encajaría en la música. «¿Cómo me ves? ¿Cantante?», lanza. Cyril responde con una verdad amable y un guiño: «Con autotune sí». Balde admite haber probado apps de móvil, pero reconoce la dificultad real del oficio: «Componer es muy difícil… no solo hacer una canción, hacer muchas. Sacar una al mes… eso es complicadísimo».

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