Burberry lo tiene claro: es su año. Y no por una campaña concreta ni por una efeméride forzada, sino porque el calendario —casi por casualidad— vuelve a alinearse con su icono más reconocible. El Año del Caballo se cruza con el Knight, ese caballero que lleva más de un siglo definiendo el imaginario de la casa. Coincidencia o no…el mensaje de la campaña es evidente.
Así que para esta cápsula de nuevo año, a Burberry no le ha hecho falta introducir un símbolo nuevo: ha revisado el suyo. El Knight aparece reinterpretado como un dibujo a tinta y acuarela, menos heráldico y más libre, casi como si hubiera sido esbozado en un cuaderno. Justo lo que el caballo representa dentro del zodiaco chino: energía, progreso, impulso.
El rojo atraviesa la colección. No es solo un color de celebración, es un código compartido. Aparece en pañuelos, prendas de día y en un Burberry Check exclusivo, conectando la identidad británica de la casa con una simbología profundamente ligada a la cultura china.
Las piezas de outerwear —car coats y chaquetas acolchadas en nylon iridiscente— aportan ese equilibrio entre herencia y actualidad que Burberry lleva tiempo afinando. Los accesorios y la pequeña marroquinería funcionan casi como talismanes. Pequeños gestos que terminan de dar sentido a toda la colección.
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