Apple redefine su catálogo con el iPhone Air, el teléfono más delgado que ha fabricado hasta ahora. Con solo 5,6 milímetros de grosor, el nuevo modelo sustituye al antiguo Plus y abre un espacio distinto dentro de la gama. La delgadez funciona aquí como una decisión estética y estratégica: simplificar la forma para señalar diferencia.
La familia iPhone 17 se organiza en torno a una narrativa clara. El modelo estándar crece en pantalla y suma fluidez con los 120 hercios que antes eran exclusivos de la gama alta. En los Pro, el rediseño elimina el módulo cuadrado y lo sustituye por una barra horizontal, un cambio que actualiza la silueta y conecta con otros lenguajes visuales de la industria.
El Air se coloca como el objeto singular del año. Una cámara fusionada de 48 megapíxeles, compatibilidad solo con eSIM y una batería externa diseñada específicamente para él refuerzan la idea de exclusividad.
En la misma línea, los demás tipo de dispositivos de Apple cuentan con grandes mejoras. Los nuevos AirPods Pro 3 introducen traducción simultánea y registro de frecuencia cardíaca, ampliando su función más allá del sonido. Los Apple Watch —Series 11, Ultra 3 y SE 3— se actualizan con un lenguaje común con pantallas más resistentes, más autonomía y un enfoque en salud y conectividad. La incorporación de la conexión satelital en el reloj inteligente Ultra 3 marca un punto diferencial frente a otros fabricantes.
En conjunto, la presentación funciona del iPhone Air como un ejercicio de coherencia estética. Apple ajusta proporciones, redefine líneas y da un lugar destacado a la ligereza y la resistencia.
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