En el número de marzo de la revista Interview, Bad Bunny desvela una faceta suya de la que seguramente su comunidad no fuese consciente: en lugar de cocinar éxitos musicales, hubiese diseñado elaboraciones culinarias como chef.
El icono pop se sincera con la cabecera acerca de qué carrera habría seguido si la música no le hubiera salido bien. Sin embargo, admitió que le costaba imaginar cualquier escenario en el que no estuviera haciendo música: ‘si no iba a ninguna parte con mi música, iba a trabajar en las artes culinarias’. ‘Veía la cocina como algo creativo, porque claro, hay recetas, pero también está la oportunidad de elaborar tus propios platos, de crear tu propio sabor’.
El ganador de un Grammy expresó su pasión por la música desde su infancia, como un sueño que finalmente se haría realidad; como también su incursión en el universo culinario a raíz de la apertura de su restaurante Gekko, junto a David Grutman. Un steakhouse japonés convertido en una institución culinaria en Miami, en la que deslumbran todas las estrellas de Hollywood que pasan por sus mesas, su elevada estética y su propuesta en la que destaca la carne Wagyu.
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