El gigante textil italiano se enfrenta a una de las crisis más profundas de su historia.
La marca que en su día revolucionó el concepto de moda casual está inmersa en una reestructuración masiva que deja claro que los tiempos han cambiado. Con el cierre de 419 tiendas a nivel global y 31 de ellas en España, nos surge una duda… ¿Cómo ha llegado a este punto de no retorno?
A lo largo de las décadas de los 80 y los 90, Benetton alcanzó la fama global gracia a sus colecciones cargadas de color y vitalidad y una estética que apelaba a la juventud. Además, con las campañas publicitarias ideadas por el gran Oliviero Toscani, consiguió incitar las normas sociales al abordar temas como el racismo, la homofobia, el sida o la guerra, en lugar de centrarse únicamente en el plano superficial.
Esta mezcla de frescura, calidad y un claro compromiso social le sirvió para ganar ventaja y diferenciarse del resto de firmas de la competencia. El famoso eslogan United Colors of Benetton no solo hacía referencia a los colores de su ropa, sino a su filosofía de unir culturas, identidades y comunidades bajo un mismo mensaje.
No obstante, a principios de los 2000, el fenómeno del fast fashion comenzó a dominar el mercado con marcas como Zara, H&M o Primark ofreciendo ropa a precios más bajos y más variedad en sus colecciones. Fue entonces cuando Benetton comenzó a perder la batalla. Intentó adaptarse a los nuevos tiempos con estrategias que no resultaron fructíferas, y sus ventas siguieron cayendo en picado, lo que derivó en una creciente deuda.
Italia y España, sus mercados clave, vieron como la marca perdía terreno en el resto de países de forma alarmante. Y por si fuera poco, también se vivió una crisis interna que destapó todavía más las grietas de la marca. Luciano Benetton, uno de los fundadores, decidió abandonar la empresa en uno de los momentos más críticos, alarmando que el CEO de la compañía había dejado un agujero de 100 millones de euros.
Para intentar solucionarlo, la familia Benetton decidió tomar el control de la empresa e implementar un drástico plan de reestructuración que incluye el cierre de cientos de tiendas y una drástica reducción de personal. Es por ello que han anunciado el cierre de 31 tiendas en territorio español, lo que afecta a unos 169 empleados, y las ciudades más afectadas serán Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla.
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