Bianca Censori irrumpe esta semana en la escena artística internacional con BIO POP, una performance y exhibición presentada en Seúl los días 11 y 12 de diciembre que funciona como su entrada formal en el mundo del arte. Para la artista y diseñadora australiana, conocida hasta ahora por su trabajo arquitectónico y su presencia dentro del imaginario pop contemporáneo, esta obra es el primer capítulo de una serie de siete entregas que se desplegarán a lo largo de siete años. Un plan a largo plazo que revela una ambición conceptual rara vez vista en un debut. Quienes no estén en Seúl podrán seguir la acción en vivo a través de una retransmisión el jueves 11 de diciembre en biancacensori.com.
En BIO POP, la domesticidad se convierte en el terreno donde se gestan las primeras violencias, los primeros rituales, los primeros códigos identitarios. El comunicado oficial lo formula sin rodeos: «Domesticity is the mother of all revolutions». Y es justamente en ese espacio —la cocina, el comedor, la casa como matriz de formación— donde Censori sitúa su cuerpo. Lo hace desde un gesto aparentemente simple: hornea un pastel. Pero en su obra nada es inocente. La cocina se vuelve origen y conflicto, lugar donde el cuerpo se disciplina y donde el servicio doméstico se convierte en liturgia.
La acción continúa cuando Censori transporta ese pastel hacia un comedor en el que la esperan mujeres que funcionan como réplicas suyas: morenas, enmascaradas, metáforas vivas de su propia multiplicación. Estas dobles no se mueven. Están contenidas, sujetas por un mobiliario escultórico diseñado por la propia artista. Las piezas evocan prótesis médicas: muletas acolchadas, estructuras de metal cepillado, tapicerías en tonos hueso. No son muebles que acompañen el cuerpo, sino dispositivos que lo moldean y lo limitan. Extensiones que convierten la comodidad doméstica en vigilancia, y la arquitectura en control. Las dobles atrapadas funcionan como objetos, cuerpos e ídolos al mismo tiempo, fusionando materia y presencia en un único sistema simbólico.
El pastel en BIO POP no es alimento, sino ofrenda. Un objeto ritual que activa la tensión entre nutrición, trabajo y ceremonia. La mesa se convierte en altar; la cocina, en un enclave de origen; el mobiliario, en un santuario que define la primera estación de un viaje más amplio. Censori concibe esta performance como el punto inaugural de un ciclo que, según la artista, evolucionará hacia formas de confesión, idolatría, sacrificio y renacimiento. Los títulos de las próximas entregas —Confessional, Bianca Is My Doll Baby, Starbaby, Bone of My Bone, Genesis y Bubble— dibujan una narrativa que avanza desde la intimidad hacia la ascensión, desde la materia hacia el mito.
En este debut, Censori convierte la domesticidad en dispositivo revolucionario, el cuerpo en arquitectura y la imagen en multiplicidad. En un contexto cultural donde la figura pública de Censori genera tanto análisis como especulación, BIO POP ofrece otra lectura: una artista que convierte la domesticidad en aparato conceptual y su imagen en multiplicidad. Nada en esta primera entrega sugiere que el ciclo que ha iniciado vaya a ser discreto. Más bien lo contrario: parece diseñado para convertirse en uno de los proyectos performativos más estimulantes —y más debatidos— de los próximos años.
- SERIES 01: BIO POP (The Origin, 2025)
- SERIES 02: CONFESSIONAL (The Witness, 2026)
- SERIES 03: BIANCA IS MY DOLL BABY (The Idol, 2026)
- SERIES 04: STARBABY (Worship, 2027)
- SERIES 05: BONE OF MY BONE (The Sacrifice, 2029)
- SERIES 06: GENESIS (The Rebirth, 2031)
- SERIES 07: BUBBLE (The Ascension, 2032)
Bianca Censori parece dispuesta a reclamar un espacio propio.
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