La cita con KidSuper siempre es uno de los platos fuertes de la Fashion Week. Desde su primer desfile en París, Colm ha tenido costumbre de llevarnos a mundos originales, que solo podrían salir de una cabeza tan imaginativa como la suya. Primero montó una subasta para su SS23, a la que le siguió un show de comedia para FW23, y justo la temporada pasada(Primavera-Verano 24), desplegó todas sus armas creativas para montar una obra de teatro en el que él mismo era el protagonista.
Y es que para bien o para mal, los desfiles del de KidSuper no dejan indiferente a nadie. Y aunque no siempre sea solo por sus propuestas -recordemos que en su “Funny Business” la Policía tuvo que poner medios para impedir a todos bosque se agolpaban a la entrada del Casino de París que provocasen una estampida-, el creador y fundador del sello con sede en Brooklyn es capaz de hacer de sus shows algo memorable en cada temporada. Esta no fue para menos. Aunque en las puertas del desfile se respiraba una tranquilidad a la que no estamos habituados, dentro de la sala las cámaras no paraban de disparar al despliegue de estrellas que estaba allí expectante. Estrellas del hip-hop, entre los que se encontraban Trippié Red, Sunna, West Side Gun, Pierre Bourne, del baloncesto e incluso el diseñador y musa de Rick Owens, Tyrone Dylan, que se sentaba al lado de Sita Abollan, no quisieron faltar a la cita con Colm.
Bajo el nombre de “La Teoría de Cuerdas”, la nueva colección de KidSuper solo era otra oportunidad más para ver materializado el mundo interior tan imaginativo de Colm. En él, la exploración y experimentación con distintas artes son imprescindibles. La teoría, aunque no demostrada, afirma que el universo está hecho de diminutas cuerdas vibrantes que aparecen como átomos, electrones y quarks. Estas cuerdas están plegadas en capas multidimensionales. A primera vista parecen de una dimensión, pero si se miran más de cerca tienen más de 9 dimensiones. Así funciona el universo de KidSuper, en múltiples dimensiones. Desde el ballet hasta el hip-hop, pasando por el baloncesto y el fútbol, nada se le puede resistir a Dillane.
Fue el bailarín de ballet profesional Julian MacKay, a ritmo de violines, el encargado de abrir la pasarela con un traje negro con volantes, que daba paso a sastrería de la vieja escuela y sombreros de regollos, como si de un desfile de Yohji Yamamoto se tratase. Pero esta tónica no iba a durar mucho tiempo porque cuando el rapero Jim Jones caminó la pasarela con un traje burdeos y un abrigo de pelo bordado con los dibujos icónicos de Colm, la colección emigró a los esenciales de la ropa de calle. También logró que Ronaldinho desfilara, con un abrigo de piel. ¿Iconic? Sí, demasiado. La estrella del futbol reveló en plena pasarela su colaboración con la marca, con una camiseta que alberga una imagen de un joven Ronaldinho en la parte delantera, y con el escudo del club KidSuper siendo un homenaje obvio al club de la infancia de Ronaldinho, Gremio. El brasileño ya es miembro del «KidSuper Football Club».
La pasarela se llenó de abrigos a medida con los dibujos inconfundibles de su director creativo en tonos intensos: rojo, naranja quemado, blanco, crema, púrpura, amarillo…. desde la colaboración con Canada Goose hasta el futuro encuentro con los Brooklyn Nets, cada prenda cuenta una historia, y cada paso en la pasarela es un viaje más profundo en el universo creativo de KidSuper.
Y en una colección que se inspira en la teoría de cuerdas, el momento culminante fue cuando un modelo, ataviado con un traje de pana blanco, marchó por la pasarela. Mientras su suéter de punto negro, atado al backstage, se separaba gradualmente, se creó un momento hipnotizante que simbolizaba la exploración constante de KidSuper. Este acto no solo era una coreografía de moda, sino un recordatorio de que la moda de KidSuper no es solo para verse, sino para experimentar.
Colm Dillane presentó una temporada más un nuevo desfile de KidSuper para recordar, aprovechando figuras culturales para explorar la moda en relación con otras disciplinas creativas a través de la música y la cultura, alineándose perfectamente con la ropa de calle infundida por arte por la que la marca es conocida. ¿Hay algo, acaso, imposible para Colm?
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