En esta época del año, con el frío en la calle y el calor de la calefacción en interiores, tanto las pestañas como el cabello o la piel se ven afectados. En el primer caso, también se da en el área que las rodea, provocando irritación en los ojos e hinchazón en los párpados si además, acabas de hacerte un tratamiento de pestañas. Bárbara Torres, especializada en el cuidado y tratamiento de cejas y pestañas de la firma Pe Cosmetics, nos cuenta que podemos hacer para tratarlas en estos meses de intenso frío.
Antes de cualquier tratamiento, es común limpiar las pestañas y la piel alrededor de los ojos, mucho más en los meses de otoño e invierno con la llegada de las bajas temperaturas, pero también por su combinación con el calor en el interior de las casas u oficinas.
Con estos cambios, las pestañas y piel circundante se vuelven más sensibles, la piel se enrojece y también se reseca más rapidamente: “Nosotras solemos asesorar cuando nos comunican un problema de este tipo, no es aconsejable venirse en moto o bicicleta al salón y el uso de gafas es más que necesario si se usan lentes de contacto, por poner un ejemplo. En los tratamientos LVL aplicamos rellenos de queratina en las pestañas para su posterior cuidado, ya que debido al líquido permanente, estas pueden secarse más de lo normal en invierno. Esta queratina lo que hace es proporcionar la humedad adicional que necesitan, dejándola actuar en las siguientes 24 horas” – nos comenta Bárbara Torres.
Después de aplicar las lociones durante un tratamiento LVL, la piel debe secarse con un hisopo de algodón o un pañuelo. Para evitar que las lociones penetren en la piel, puedes aplicar una capa delgada de crema de aloe vera en el área ocular donde haya estado la cinta o el líquido.
Otros problemas y síntomas
La visión borrosa también es un síntoma que suele presentarse durante el período invernal, por lo que es importante tener una buena higiene ocular, además de consultar al oftalmólogo lo antes posible en caso de problemas. O los ojos ardientes en climas extremadamente fríos y ventosos, para lo que se aconseja no forzar al abrir los ojos. La córnea puede incluso congelarse y resulta muy doloroso, provocando ardor en los ojos, visión turbia e hipersensibilidad a la luz.
Cuando la humedad es baja, se produce mucha evaporación en el ambiente, como en lagos, ríos, charcos en la carretera y aceras mojadas, pero también en la película lagrimal húmeda que cubre los ojos, compuesta casi exclusivamente de humedad y muy sensible a la creciente evaporación de masas de aire más frías, lo que provoca sequedad en los ojos. En cuánto a las zonas de nieve, esta refleja la radiación ultravioleta, que hace que los ojos desprotegidos experimenten una exposición excesiva a estos rayos y ceguera por la nieve, generando ojos rojos llorosos, sensación de arenilla, hinchazón, hipersesibilidad a la luz y algo de dolor.
Prevención y qué hacer en caso de reacción
Si los ojos están enrojecidos o hinchados, esto suele deberse a un estrechamiento de los vasos sanguíneos en los tejidos que rodean los ojos. Estos síntomas pueden provocar espasmos en los párpados, lagrimeo excesivo y visión borrosa: “Deben mantenerse los ojos siempre frescos, beber suficiente agua, usar gafas de sol o esquí y poner un humidificador en casa. Con los resfriados también debemos tener cuidado, la limpieza de la zona ocular reducirá que se propaguen más gérmenes y provoquen alguna infección en los ojos” – aconseja Bárbara.
Finalmente y si estás en casa, aplica una bolsita de té de manzanilla en la piel, sumérgela en agua hirviendo y luego déjala enfriar un poco para después aplicar con un algodón por toda la zona. También puedes tomar algún antihistamínico como la cetirizina para la fiebre del heno, o alguna crema para el eccema en la piel roja y escamosa.
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