Desde la fantasía surrealista de AVAVAV hasta la propuesta futurista de BOSS, Milán fue testigo de las pasarelas más envolventes y creativas de la historia de la moda; convirtiéndose en un telón de fondo sobre el que las firmas escenificaron y activaron todos los sentidos de los espectadores, transmitiendo nuevas emociones o sensaciones en clave de storytelling con el que intensificar su propuesta.
La provocación, subversión y la reinvención de la tradición hermética suspendida en la pasarela conformaron una trilogía y/o una poderosa narrativa para SS24 a través de desfiles emocionantes y divertidos, tal y como pudimos ver en el nuevo episodio de Glenn Martens para Diesel.
La firma vanguardista continuó experimentando con su ‘rave del denim’ conformada por 73 looks destrozados y deconstruidos en base a infinidad de técnicas de tratamiento del material. La colección cautivó a los 5.000 espectadores -entre ellos, algunos que acudieron gracias a su sorteo previo de entradas- impactados de manera colectiva al ver cómo caía sobre ellos una intensa lluvia, y cómo una especie de doble de Bella Hadid cerraba el desfile estructurado en torno a la democratización de la moda.
Mientras tanto, la marca de Beate Karlsson, AVAVAV, desafió una vez más el statu quo de la moda para abrazar el espíritu del tiempo: uno repleto de caos y humor en el que los modelos corrían frenéticamente por la pasarela, empujados por el personal, transfiriendo sentimientos de agobio, miedo y ansiedad.
Karlsson volvió a encapsular así la esencia de la marca con una nueva propuesta conceptual escenificada sobre un show envolvente con el que denunciar las deficiencias de la industria o las problemáticas sociales, reflejando esta vez las expectativas poco realistas de la industria al ver prendas incompletas. En él, looks con torsos desnudos, prendas de espuma amorfas o gorras agujereadas como máscaras faciales o lágrimas emborronadas de rimmel acababan de intensificar ese escenario decadente y desconcertante.
LA EXPERIENCIA INMERSIVA
El nuevo episodio creativo de SUNNEI tampoco dejó indiferente a nadie. La marca italiana, fundada por Simone Rizzo y Loris Messina en 2015, optó de nuevo por un enfoque humorístico o ‘teatral’ organizando un jurado de moda en el público, y distribuyendo paletas numeradas con las que premiar cada uno de sus looks, mientras una voz en off rezaba: ‘¡Esta vez serás algo más que una parte de la escenografía del espectáculo!’. Y, efectivamente, lo consiguió con creces a través de ese ‘acting’ que rozaba prácticamente la distopía del reality show.
Al caer la noche del viernes en Milán, BOSS llevó a los asistentes directamente al futuro a través de ‘TECHTOPIA’: un universo centrado en el tema ‘CorpCore’ con el que recurría a una robot humanoide llamada Sophia the Robot para crear el ambiente del desfile. Sí, la robot humanoide social de Hanson Robotics formó parte de esta nueva historia disruptiva, interactuando con el público, en un mismo espacio que fue asimismo invadido por un elenco de actores reales en su interior, que imitaban movimientos robóticos.
Finalmente, si hubo otro desfile o show interactivo sorprendente, ese fue el debut de THE ATTICO. Gilda Ambrosio y Giorgia Tordini protagonizaron su primera pasarela en MFW tomando las calles milanesas con sofás acolchados en los que se sentaron ‘los vecinos’ a través de un concepto underground que rompía con la identidad formal y sofisticada de la marca. La exhibición cinematográfica fue conmovedora para ese público, que -en su mayoría- habría experimentado todas esas secuencias o experiencias inmersivas de la moda SS24.
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