Little Spain floreció en torno al año 2017 en base a un deseo colectivo por lo audiovisual. Desde el escenario de Los Ángeles, ese fuerte sentimiento o sueño compartido por Rogelio González y Santos Bacana acabaría materializándose en una productora audiovisual a la que se incorporarían otros directores, realizadores o creativos como la directora de fotografía Cristina Trenas o el icónico artista Antón Álvarez. Con éste último, a partir de una relación iniciada en Las Vegas en 2017: momento en el que Bacana y Tangana se conocieron, cristalizando su unión al poco tiempo en su primer videoclip conjunto ‘Un veneno’, que reflejaba su amor mutuo por la nostalgia de una España que quizás ya no es, o ya no existe.
En 2021 darían un paso más allá para constituirse como una empresa tras el éxito de los videoclips de El Madrileño, marcados ya por una fase de definición de su identidad en torno al espíritu castizo influenciado por el cine y la estética quinqui, y su fuerte vinculación a la cultura popular.
El sello cinematográfico fue con el paso del tiempo actualizando y versionando su estética retro, haciéndola evolucionar en diferentes secuencias o películas que unían la tradición con la contemporaneidad en realidades ficticias como la de ‘Tú me dejaste de querer’ o ‘Demasiadas mujeres’ de Tangana.
La construcción de El Madrileño
El universo Little Spain se convirtió así en una institución cultural que amplió el espectro de una clásica productora a otras expresiones artísticas o producciones que han acabado teniendo un gran impacto en la cultura. Algo que pudimos ver reflejado en la creación de todo el imaginario y el concepto de la gira ‘Sin Cantar ni Afinar’ de El Madrileño, a través de una hipnótica puesta en escena caracterizada por la fusión entre la música latinoamericana y el flamenco, despegada sobre una sobremesa elegante rodeada de una gran orquesta.
Una ambición desmedida
Toda esa narrativa con la que intensificar el lenguaje artístico de Antón se trasladaría y proyectaría asimismo en el documental ‘Esta Ambición Desmedida’, que pone el objetivo en el proceso creativo y/o la construcción de El Madrileño, y en su icónica gira convertida en una oda al ‘españolismo’ que reinterpreta imágenes o simbologías asociadas a la nación.
En este filme podemos ver cómo C. Tangana afronta el reto de crear la gira más ambiciosa de su carrera y revolucionar el concepto del directo, bailando entre episodios catárticos de decadencia u hostilidad en los negocios, y encuentros o momentos eufóricos escenificados en sus conciertos.
Santos Bacana volvió a dirigir este documental, como lleva haciendo unos años con el proyecto de Antón, de sus videoclips o contenidos, reimaginando la estética retro y la fotografía nostálgica castiza con la que captura la mirada colectiva.
La evolución de Little Spain se refleja así a través de un proyecto transversal que lo posiciona como unan especie de agente cultural que no sólo crea o produce piezas audiovisuales, si no que colabora con marcas o productoras, abarcando desde el cine hasta la publicidad en base a una ambición desmedida con la que trascender emocionalmente, independientemente del formato.
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