Este verano 2025 la moda ha puesto el foco en los pies. Flip flops, FiveFingers, sock shoes o simplemente ir descalzo. Cada marca y cada consumidor está interpretando el fenómeno a su manera. No es casualidad ni capricho, es tendencia global.
Jacob Elordi fue visto caminando sin zapatos en Australia, Rick Owens lanzó un OnlyFans solo con fotos de sus pies. Antes que ellos, Kanye lo anticipó con las Yeezy. Mientras que Bottega Veneta lo confirmó con su calzado en punto de cuero. Las búsquedas de sandalias tipo flip flop y zapatillas Vibram FiveFingers crecieron un 57% y 50% respectivamente en el último año. Cuanto más pie se vea, mejor.
No es solo estética. El earthing, caminar con el pie en contacto con el suelo, activa músculos dormidos, mejora la postura y reduce el estrés. Según The Washington Post, incluso puede provocar euforia. En TikTok, el contenido con FiveFingers se multiplica. Emilia Petrarca lo resumió en The New York Times: “It’s a great time to be a toe”.
En Fashion Week, los pies al descubierto dominaron sin distinción de género ni temporada. Prada apostó por flip flops de piel en colores llamativos. A su vez, Bottega Veneta recuperó su sock shoe en punto de cuero, a la par que Vibram sumó colaboraciones con Suicoke, Balenciaga, Brain Dead y 1017 Alyx 9SM.
Ferragamo, Chloé y Proenza Schouler elevaron la sandalia mínima con tacón, y The Row llevó el lujo al extremo con flip flops de goma y cuero que superan los 850 euros. Balenciaga cerró el círculo con las Zero. Un diseño que solo envuelve el dedo gordo y el talón.
Ya no se trata solo de una estética marginal o de nicho. Por el contrario, esta temporada, el pie visible se impone como uniforme, como tendencia. Y aunque no se trate exactamente de un fetiche, y a más de uno le beneficie, sí responde a algo más profundo. Una necesidad colectiva de volver a la realidad.
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