Se trata de la primera campaña de Pharrell para la Maison desde que tomó las riendas de la dirección creativa tras su nombramiento el pasado mes de febrero. En ella, destaca el nuevo Speedy y asienta las bases de la nueva era de Louis Vuitton.
A orillas del río Sena y sobre la fachada del Musée d’Orsay se erige la gran lona que representa la unión de dos iconos: por un lado, el bolso de lujo basado en códigos reales y por otro la artista de apariencia universalmente humana. Boquiabiertos, la observábamos el pasado martes mientras esperábamos al bateau-mouche que nos llevaría hasta el Pont Neuf, intrigados por descubrir el resto de las imágenes capturadas por Keizō Kitajima y Martine Syms.
El nuevo bolso Speedy encuentra su inspiración en Canal Street (Manhattan): el núcleo cosmopolita que influyó en la educación de Pharrell dentro del mundo del lujo. Un eje cultural fortalecido por una energía diversa y una mentalidad apremiante de la que fueron testigo numerosas calles de diversas ciudades de todo el mundo. Se trata de una evolución de la versión más clásica que refleja el lenguaje visual que evoca los códigos estéticos, la actitud y el estilo de Canal Street a través del inimitable savoir-faire de Louis Vuitton. Su nuevo aspecto, maleable, hace referencia a las líneas trapezoidales del modelo clásico y aparece en suave piel de becerro granulada con remates de piel de cordero fina. El Monogram serigrafiado produce un efecto borroso y artesanal, dando la sensación de que ha sido pintado a mano.
La campaña muestra el resto de piezas que conforman la primera colección de Williams para la casa y, al mismo tiempo, supone una invitación a la reflexión y al empoderamiento mediante una Rihanna embarazada que supone la quintaesencia del icono cotidiano. El acercamiento definitivo de Pharrell a Louis Vuitton, dando la bienvenida a una nueva era.
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