La diseñadora con base en Nueva York —conocida por su imaginario juguetón y sus guiños al arte digital— trae de nuevo su universo visual a la marca española, elevando su propuesta estética con una colaboración que no pasa desapercibida.
La colección gira en torno a un concepto tan clásico como transformador: el lenguaje de las flores. Pero aquí no hay rastro de romanticismo cliché. McGillivary reinterpreta la naturaleza a través de un filtro pop surrealista, donde los pétalos se convierten en prints psicodélicos, volúmenes tridimensionales y detalles que parecen animarse sobre la piel.
La energía Y2K se cuela entre las costuras: tops stretch, camisetas con gráficos bold, pantalones cómodos con twist, y accesorios que juegan con lo táctil. Los bolsos y las sandalias, por su parte, llevan el mood lúdico al siguiente nivel gracias a sus texturas florales en 3D, como si acabaran de salir de un render.
Cada pieza respira esa mezcla entre feminidad despreocupada y libertad creativa que define tanto a Desigual como al sello personal de McGillivary. Y sí, el ADN de los 90s y los early 2000s está presente, pero actualizado con un enfoque consciente: producción sostenible y un respeto real por la naturaleza.
Desigual vuelve a hacer match con Tyler McGillivary en una segunda cápsula que ya está disponible online y en tiendas.
Desigual elige a Ester Expósito como embajadora de Desigual.
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