La Semana de la Moda de Milán ha tenido un comienzo explosivo. Los hermanos Caten subieron la temperatura al máximo con su última colección, desatando una ola de calor al más puro estilo Dsquared2 desde el majestuoso Teatro Lírico. La pasarela se convirtió en un espectáculo sensual, pero también sexual, con un preludio a lo Magic Mike y mucho bondage.
Dsquared2 juega constantemente con los límites de la provocación a través de pasarelas que nos dejan a todos boquiabiertos, y esta semana no ha sido diferente. Minutos antes del desfile, hojeando el programa de papel, descubrimos que no solo se trataba de un desfile sino de una actuación con todo lujo de detalles. En front row, Bad Gyal, Aaron Piper, Tedua, Mia Khalifa, compartían su expectación por lo que la marca canadiense estaba a punto de ofrecer. Todos acomodados en los sillones de terciopelo del teatro, estábamos a punto de disfrutar de otra entrega provocadora de los Caten: D2HEAT.
Cinco cajas iluminadas por neón descendieron del techo, revelando un elenco de bailarines con tank tops de latex, que se movían por el escenario al ritmo de «Cream» de Prince. La escena evocaba la energía de una secuela de Magic Mike, con los cinco bailarines deleitándonos a ritmo de una mezcla de freak-funk sensual, glam rock, soul y R&B que pronto dio paso al séquito Dsquared2, que invadió el patio de butacas.
Los gemelos se adentraron en un juego de contrastes, jugando con los límites de lo obsceno y lo sensual. La colección de Primavera/Verano 2025 se destaca por la mezcla de materiales y detalles que hacen referencia a subculturas de la moda. Los chiffones transparentes caen sobre el cuerpo, revelando arneses de bondage en cuero negro y sujetadores apenas visibles. El tejido vaquero se transforma en látex escultórico, mientras que los jerséis asimétricos de punto transparente son tratados con técnicas de laminado, creando un contraste entre la geometría brutalista y la suavidad del cuerpo humano. Los trajes de hombros anchos y pantalones plisados recuerdan a los años 80, mientras que las cazadoras de cuero moteras y las zapatillas con tachuelas sugieren un alter ego nocturno y rebelde que se contrapone a la inocencia de un look hecho con chiffon. Entre este, el látex y cordones que se enroscan alrededor de la silueta manteniendo las prendas en su lugar corporal, de repente se revela el lado hot de ciertas disciplinas deportivas conquistadas principalmente por el hombre cis hetero. El boxeo y la lucha libre se retrata a través de la provocación usual de los gemelos. Las lentejuelas, los flecos, la piel ajustada y el glamour de los detalles de encaje elevan el atuendo de luchador a un nuevo nivel de provocación.
Como siempre, el espíritu Y2K estuvo presente en una propuesta que, ya nos lo avisaron los gemelos, nos dejó más calientes que las escaleras del infierno.
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