La segunda colección de Peter Hawkings para Tom Ford no pretende ni por asomo cambiar ningún código de los que han llevado a la marca a ser un icono de nuestro tiempo.
¿Por qué cuando algo funciona ha de cambiarse? Peter Hawkings lo tiene claro, y como nuevo sucesor de Tom Ford desde hace tan solo dos colecciones, sus empeños están puestos en conservar los símbolos que han hecho de la marca un icono de los 90s que aún adoramos hoy. Para su colección Otoño/Invierno 2024, Hawkings se reafirma en los valores de Tom Ford poniendo al hombre y la mujer en modo espejo: complementación absoluta.
La seducción es común para los dos. Personajes fuertes, cargados de glamour, vestidos para acaparar miradas. La silueta es larga y delgada con acentos texturizados: flecos, cut-outs, aberturas, pieles tratadas etc, cada uno de los materiales añaden profundidad al juego de texturas e invitan al tacto: moleskin, charol, barathea brillante, terciopelo flameado, y diferentes tratamientos de la lana y la seda.
La paleta controlada de negro, marrón y blanco está salpicada de violetas e iluminado por oro, como superficie entera o como acento del hardware que complementa los looks. Los signos Fordianos son reiterados en la yuxtaposición de tailoring y lo etéreo, de precisión irremisible y abandono liberador.
La criatura que emerge es fuerte y segura, con el pelo de Françoise Hardy y la estatura de una Helmut Newton Pola Woman. Envuelto en perfume de vainilla, tiene ojos ahumados, labios naturales, y está al mando: libre de estar vestida o desvestida, pero siempre chispeante de glamour. El hombre es como ella: Comparten la adaptación impecable, los toques de oro, los abrigos militares, incluso las lentejuelas de la noche. Es un personaje encantador también, vestido con elegancia: pantalones, esmoquin y cuero, en gabardina o total look.
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