El visual de First Place, dirigido por Rory Kramer, funciona como un pequeño diario íntimo de Justin Bieber. Muestra escenas personales del cantante y sus amigos recorriendo los paisajes serenos de Islandia. Lejos del artificio habitual, el video se centra en momentos de familia, un homenaje a la paternidad y a la vida privada del artista.
La propuesta refuerza los temas del álbum, el amor, el crecimiento personal y la cercanía. Al mismo tiempo, ofrece a los seguidores una mirada directa y sin filtros a la vida de Bieber como padre. Este lanzamiento sigue al videoclip de YUKON, que también incluía a Hailey y a su hijo. Así, se consolida una narrativa visual que trasciende la música y explora lo emocional de su cotidianidad.
En First Place de Justin Bieber, la moda acompaña la narrativa personal, lejos de ser un simple adorno. Se convierte en un gesto sutil que acompaña la estética del paisaje y la narrativa familiar, transformando el videoclip en una extensión visual de su vida y de su arte.
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