Durante la mañana de ayer los trabajadores iniciaron una huelga repentina.

Mientras miles de turistas hacían cola bajo el sol de París, el personal del Louvre se rebelaba en contra del aluvión constante de visitantes que llega cada día. Cifras que provocan el desbordamiento de la capacidad del museo, recursos humanos al límite y un entorno laboral que, según el sindicato CGT-Culture, se ha vuelto «insostenible». Sobre las 14:30h el Louvre volvía a abrir sus puertas, reanudando su actividad con normalidad.
Cabe recordar que, a principios de este mismo año, Emmanuel Macron anunciaba un plan a 10 años para renovar el museo. Prometió arreglar filtraciones, modernizar infraestructuras, controlar temperaturas y, lo más importante, poner orden en el acceso. Sin embargo, el personal pide ayuda inmediata: una década es demasiado tiempo.
«No podemos esperar seis años a recibir ayuda» dice Sarah Sefian, del sindicato.
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