Dos lenguajes universales que, al unirse, construyen estilo, comunidad y cultura.
Anoche, Daniel Lee se apoderó de los Kensington Gardens de Londres para desvelar su última propuesta para Burberry. Un manifiesto donde moda y música se fundieron en un mismo latido que provocó un encanto colectivo. Tal y como explicó el propio director creativo, «la música tiene que ver con la expresión personal, la originalidad y el sentido de pertenencia».
De esta forma, la colección Summer 2026 se comporta como una actuación en directo: mezcla géneros, rompe ritmos y crea nuevas frecuencias. Siluetas estrechas, texturas extremas y una vibrante paleta cromática actúan como remezclas visuales de una misma sintonía. Llaman especial atención los tops y faldas bordados con abalorios; el cuero cortado con laser imitando encaje y con bordes rematados en flecos; o el croché intrincado en tops y pantalones, aportando textura y savoir-faire artesanal.
El archivo de Burberry también resonó en la pasarela: la gabardina se fusiona con macramé, el Burberry Check aparece en tejidos de algodón y rafia, y la sastrería regresa con chaquetas de tres botones y blazers cruzadas en lana y denim. En cuanto los accesorios, deslumbraron las sandalias Baez, las botas Tone y Ledger inspiradas en el universo ecuestre y los bolsos Hampstead y Bridle.
Todo ello se coronó con una selección musical curada por Benji B -amigo de la Casa y curador sonoro por excelencia- tejió un puente con el legado de Black Sabbath, uno de los grandes pioneros de la cultura sonora británica. Entre los invitados, Skepta, Central Cee, Elton John, Jonathan Bailey y Raye lideraban el exclusivo front-row.
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