Maren H. Anscheidt | Ha acabado NYFW, LFW ha pasado volando y ahora estamos a la mitad de MFW. Las nuevas colecciones dan muchísimo para hablar, bonitos diseños, conceptos únicos, cosas totalmente nuevas de diseñadores de izquierda a derecha y… mientras hablamos, Zara ya tiene la mitad de esas piezas en proceso de copia y fabricación.
¡Oh si!, el placer de ser artista: sangre, sudor y lágrimas metidas en el diseño, la compra y búsqueda de materiales, la elaboración manual de tus propios trabajos… VENDIDO en zara.com por 3.99€ con una gran probabilidad de que en pocos meses se caiga a trozos… pero no os preocupéis.
El modelo comercial original de Zara era crear estilos similares a las empresas de gama alta, pero a un precio asequible, hasta ahí todo correcto. Su empresa matriz Inditex se expandió haciendo lo mismo con las marcas Bershka, Pull & Bear y Stradivarius. H&M y Forever 21 utilizan el mismo concepto. Entonces, ¿cuál es el problema? Yo misma he estado en la posición de querer vestir de cierta manera y no tener el presupuesto para ello. El problema es que empresas como Zara decidieron resolver este problema de una forma barata y REALMENTE rápida. Si buscamos profundizar en todo lo que ello ha acarreado, la lista es sería interminable, desde temas ambientales hasta cuestiones legales, y este artículo nunca terminaría si lo diseccionáramos todo.
Estamos aquí para centrarnos en una cosa, y esa es la evidente reproducción, emulación o copia de diseños reales hechos por estas marcas de “fast fashion”. Durante años se ha producido la copia de pasarelas y piezas de alta costura, pero en los últimos años se ha convertido en algo escandaloso. Mirando a los recién llegados desde 2018:
¿Quieres Vetements o Céline? ¡Corre y consíguelo en el Bershka o Mango mas cercano! y aprovecha y pasa por Zara para encontrar a Alexander Wang, Jacquemus, Rick Owens, Raf Simons, Gucci o Alyx.
Hemos visto a Zara, Mango, etc, imitar piezas de pasarela/ high-end durante años. No es nada nuevo, pero se vuelve mucho más frustrante cuando vemos a estas grandes corporaciones estafando pequeños diseñadores, y su razonamiento detrás es simplemente porque pueden. Recordamos el triste caso de Tuesday Bassen (@tuesdaybassen) quién tomó acciones legales contra Zara por la descarada copia de sus pins allá en el 2016. Sabemos que las empresas de “fast fashion”lanzan casi 18 colecciones al año, una cantidad enorme con el fin de satisfacer las ‘necesidades’ de los consumidores, pero eso NUNCA justifica el robo de las ideas.
Bassen no ha sido el único artista independiente que ha sido estafado, es algo que se repite año tras año y nos hace preguntarnos, ¿cómo pueden los artistas lanzar su trabajo, sin el temor de que las grandes corporaciones se lleven el crédito?
Una copia del cinturón industrial de Off White, o unos tejanos Vetements, parecen una broma cruel o una ironía, pero cuando se trata de un artista independiente estamos cruzando la raya y se convierte en decepcionante.
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