La última campaña de la Maison es un ejercicio de nostalgia fabricada que evoca escenas hiperestéticas de la costa artificial.
Roe Ethridge ha sido el encargado de capturar la esencia de ‘High Summer 2025’, una propuesta donde los códigos del lujo son reinterpretados desde el inconfundible prisma de Balenciaga: soles perfectos, piscinas imposibles, mares pixelados y naturaleza muerta que parece sacada de un sueño en 3D renderizado.
El imaginario visual toma prestado el lenguaje de las revistas de los hoteles de cinco estrellas propios de los años 90, los cuales vendían la promesa de escapismo total con un eslogan clave, un bronceado perfecto y un cóctel con sombrilla. Y Balenciaga le otorga un nuevo significado: convierte este paradise lost en un paradise glitched donde la ironía y el lujo conviven en perfecta armonía -como es habitual-.
Sonja, Estelle, Claudia, Liz, Simon y Bai protagonizan esta escapada surrealista enfundados en looks que cruzan lo funcional y lo provocador: vestidos de punto minimal, bikinis con hebillas BB, un bustier de terciopelo que coquetea con lo kitsch y el couture… Además de las piezas clave como el albornoz Stola, el abrigo Oversized Boxy o las sandalias de piel de becerro firmadas en colaboración con Scholl.
El accesorio estrella no es otro que Le City Basket, la versión actualizada de la opción original que ahora se erige en rafia tejida y piel de cordero. Se suman a ella el Le City Bag en lona caqui y una iteración en denim washed., las gafas Ski Mask y el Biarritz Tote en negro.
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