En un conjunto de instantáneas y a través de accesorios de lo más dulce como piruletas, helados y colores que evocan un universo Wonka, Fiorucci presenta su segunda colección desde que regresó a la Semana de la Moda de Milán.
Con su primera colección tras su regreso, Fiorucci consiguió darle a la Semana de la Moda de Milán un soplo de aire fresco al tiempo que revivía su herencia de marca de forma mucho más creativa, respondiendo a las inquietudes del panorama de la moda actual. Esta temporada, la creatividad ha seguido su curso, y la marca, con Francesa Murri a la cabeza del diseño, ha resucitado un lenguaje narrativo perdido hace mucho tiempo: el foto-romance.
Estas pequeñas historias de amor en formato fotográfico cautivaron a amplios sectores de la población italiana en los 60-70 y pronto se hicieron populares en todo el mundo por su capacidad para condensar emociones y diversión en unos pocos fotogramas. Recuperando este amor por una narrativa sencilla, y conexiones y detalles impactantes, Fiorucci coloca una cámara delante de una parada de tranvía. En su sucesión de fotogramas, cada instantánea cuenta una historia de amor y la dulzura impregna cada elemento de la colección.
Las prendas son todo diversión, pero son los accesorios los que en el universo de Fiorucci le dan sentido a todo. Cada detalle se convierte en parte esencial de la propuesta, desde los botones con forma de piruleta hasta los estampados de helados; una celebración de la creatividad y la identidad única de la maison italiana. Un básico de armario, como puede ser una chaqueta, una camisa o un pantalón de traje, se eleva cuando le acompaña un pendiente en forma de pintalabios o piruleta, o de repente el ”bolso Mella”, que se renueva este Otoño-Invierno en dimensiones y materiales, incluyendo una versión completamente recubierta de strass, destinada a convertirse en un elemento clave de cualquier conjunto.
En otras prendas, las «burbujas de Matal», se convierten en detalles versátiles que enriquecen el outfit tanto del hombre como de la mujer Fiorucci. Así mismo ocurre con la lencería, que integrándose sutilmente entre las prendas, añade diversión y profundidad a la colección, como podemos ver en los ligueros que se combinan con sudaderas. La visión pop y cute de Francesca Murri continúa con el «puffy piping», que se extiende desde las pantuflas «fluff flops» hasta prendas de punto y abrigos, creando una sensación de confort super necesaria para los meses de invierno.
La colección Fiorucci FW24 continúa con la proyección de una visión de marca romántica y juguetona, que nos lleva aún más a esperar con verdaderas ansias lo que tiene preparado para su tercer capítulo.
Hasta la próxima temporada, Fiorucci.
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