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Francia es el primer país en tomar medidas contra el ‘fast fashion’

Un proyecto de ley obligaría a subir progresivamente los precios de las plataformas que ofertan miles de prendas baratas nuevas al día.

Francia es el primer país en tomar medidas contra el ‘fast fashion’

Todos somos conscientes del impacto medioambiental y económico que supone el fast fashion en nuestra sociedad actual, sin embargo pocos son los agentes sociales que toman cartas en el asunto. Desde la semana pasada Francia ha aprobado un proyecto de ley que busca acotar el desarrollo y crecimiento de la moda rápida. Es decir, han plantado una serie de medidas para reducir tanto el consumo de los productos de fast-fashion como minimizar el impacto del modelo de negocio en el medio ambiente.

El proyecto de ley aún debe ser aprobado por el Senado, pero se trata de una medida pionera al ser el primer país que legisla en contra de las dinámicas de producción y las malas prácticas del fast fashion. Christophe Bechu, Ministro francés de Transición Ecológica: «legisla para limitar los excesos de la moda ultrarrápida«. Los legisladores franceses han mencionado, como referencia, a Shein y Temu que han ganado terreno en el país, lo que ha puesto en dificultades a muchas marcas locales.

Entre las medidas destaca la aplicación de tasas para los artículos de moda de bajo coste: 5 euros a partir del próximo año y 10 euros para el año 2030. El cargo, no obstante, no podrá exceder el 50% del precio de un artículo; y lo recaudado con él se utilizarían para apoyar a productores de ropa sostenible. Además, se contempla la prohibición de la publicidad para esos artículos baratos y que los fabricantes cumplan la obligación de informar a los consumidores sobre el impacto medioambiental de sus productos.

La moda es un sector clave en la economía francesa, especialmente en lo que se refiere al lujo. Sin embargo, el segmento de gama media o baja ha visto un declive ante el avance de marcas europeas, como H&M o Zara; y el crecimiento del ultra-fast-fashion. Es por ello que algunos agentes consideran que esta medida está más orientada a la protección de las marcas de moda francesas que a buscar un verdadero cambio en las preferencias de los usuarios y, por tanto, a generar un impacto significativo en el medioambiente.

Shein se enfrenta a una nueva demanda a través de leyes antimafia.

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