En los últimos años, las casas de subastas han experimentado un cambio de paradigma expansivo gracias a la venta de artículos de lujo, a pesar de la creciente competencia de las plataformas de reventa online. Pero, ¿a qué se debe su auge?
Christie’s, la casa del fundador de Kering François Pinault, declaró que sus ventas de productos de lujo se habían duplicado el año pasado con un aumento del 153%. Una suma de 736 millones de dólares procedía de las subastas, tanto online como físicas, mientras que 240 millones lo hacían de su negocio de ventas privadas o su conexión directa de los sellers con los compradores adinerados de su lista.
De ese contexto neo-capitalista en su máxima expresión, figuraban récords de bolsos como el «Hermès Himalaya Diamond Kelly» por 515.000 dólares. También se hacían de oro los relojes raros como el de sobremesa Patek Philippe por 10,4 millones.
UN UNIVERSO EN CONSTANTE EXPANSIÓN
Casas como Artcurial o Sotheby’s se sincronizaban asimismo con ese éxito inducido por los productos de lujo y la obsesión contemporánea por poseer productos raros. Ahora, en sus espacios y vitrinas coexisten pinturas de Mark Rothko con bolsos Keepall de edición especial de LV x Yayoi Kusama.
Paralelamente a esta elevación de las casas de subastas, las plataformas de reventa de lujo como Vestiaire Collective llegaban a valorarse por 1.700 millones de dólares. ¿Gracias a quién? sobre todo, a las nuevas generaciones.
EL LUJO INTERPRETADO POR LA JUVENTUD
La obsesión de las nuevas generaciones y/o nativos digitales por las subastas de lujo les permite equilibrar la gratificación instantánea con el mantenimiento de sus valores sostenibles. Más allá de por el hecho de obtener esos objetos de gran rareza, también influye directamente la facilidad de envío y el factor coleccionista.
En este sentido, los millennials representaban el 29% de las ventas de lujo en Christie’s, y hasta el 43% en el caso de los bolsos y accesorios de lujo. Y es que, adquirir todos esos productos desde casa nunca había sido tan fácil, y aún más cuando las casas de subastas se encargan de destacar de manera impecable esa selección y sus rarezas intrínsecas.
HERMÈS Y LA BIRKIN-MANÍA
Los bolsos de Hermès se proyectan como los grandes objetos de deseo (y especulación), entre «Birkins» y «Kellys» cuya demanda superó la oferta hace mucho tiempo. Ahora, los compradores de esos artículos icónicos pagan sumas desorbitadas de dinero por poseerlos, conociendo su gran potencial de reventa y su atractivo intergeneracional.
A día de hoy sabemos que bolsos de Hermès han llegado a alcanzar los 35.000 euros en espacios de reventa; lo que aún no es si llegará o no a explotar esta gran burbuja especulativa.
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