¿Hemos entrado ya en la era de las sneakers monocromáticas?

Independientemente de la marca, la temporada o el diseñador, las siluetas monocromáticas están proliferando sin cesar en el sistema de la moda: desde las adidas Samba vestidas en los colores del arco iris de Pharrell x Humanrace, hasta las Nike Air Force 1 de Supreme, las converse verdes y navy de A Cold Wall* o las Rebook Classic Club de JJJJound.

Por alguna razón, a pesar de no tratarse de algo nuevo o de la introducción de un tipo de diseño disruptivo para la escena sneaker, las deportivas en versión monocroma están reimaginándose incluso desde la esfera high end por creativas de culto como Wales Bonner con sus Samba en versión plateada.

NORMCORE DE LUJO

Los dos factores que podrían conectar o unificar todas estas zapatillas unicolor es que son colaboraciones, normalmente entre algún diseñador externo y una empresa de sneakers o deportiva, y todas están teñidas de manera coordinada desde el empeine, hasta la lengüeta, la suela y, normalmente, los cordones. Por lo demás, el material, la forma y el tono varían enormemente.

Los equipos de diseño y las fábricas están desarrollando así estas versiones de la tendencia, en base a su identidad, con el fin de satisfacer una creciente demanda del monocroma, como un movimiento colectivo que podría estar vinculado al boom del lujo silencioso o al auge del normcore de lujo.

La riqueza sigilosa renueva así el interés generalizado por las formas sencillas y elegantes, llevando a los diseñadores de calzado a inclinarse por crear este tipo de diseños, la mayoría centrados en las Samba de adidas, que continúan siendo las sneakers del momento por su accesibilidad, y más aún, cuando, como ocurre con las de Pharrell -en versión pop art-, se eliminan de la ecuación los contrastes o los detalles.

Todas estas colaboraciones de sneakers monocromáticas hablan así de un deseo común de facilidad y de sentimiento de pertenencia al status quo con el que seguir la normativa estética.