Estos últimos meses, INDIBA se ha convertido en el protocolo estrella de belleza. Lo ves en stories, lo recomiendan facialistas de culto, y cada vez más clínicas lo incluyen como tratamiento imprescindible. INDIBA no es un capricho de temporada: es la radiofrecuencia que ha cambiado la forma de cuidar la piel. Sin agujas ni bisturí. No es un facial al uso ni un lifting, es una tecnología médica que trabaja a nivel celular y consigue una piel más firme, más luminosa, menos inflamada. Desde la primera sesión.
Hablamos con los expertos de Clínica Guilarte, que trabajan a diario con esta tecnología, para entender por qué se ha vuelto la aliada número uno de quienes quieren resultados reales sin pasar por quirófano:
INDIBA trabaja a 448 kHz —una frecuencia muy concreta que ha demostrado tener efectos bioestimulantes a nivel celular. ¿La traducción beauty? La piel se oxigena mejor, se activa la producción natural de colágeno y elastina, mejora la circulación, se reduce la inflamación y, en resumen, todo empieza a funcionar como debería. Lo mejor es que esto se traduce en efectos visibles desde la primera sesión: cara más descansada, pómulos sutilmente más definidos, tono más uniforme y ese glow post-tratamiento que no se consigue con ninguna base.
En rostro, INDIBA ayuda a redefinir el óvalo facial, mejora la textura y la luminosidad, reduce líneas finas y deja un efecto flash ideal antes de un evento. En cuerpo, reafirma tejidos, mejora la calidad de la piel, reduce celulitis y grasa localizada (como parte de un plan), y acelera la recuperación después de cirugías o procedimientos médico-estéticos. De hecho, cada vez más clínicas lo incorporan como parte de sus protocolos postoperatorios para reducir edemas, evitar fibrosis y mejorar cicatrices.
El tratamiento no es invasivo, no duele (de hecho, es bastante placentero) y no deja marcas. La sensación es relajante, y no hace falta tiempo de recuperación. Solo está contraindicado en casos como embarazo, marcapasos o infecciones activas. Por lo demás, es apto para todo tipo de pieles, edades y fototipos, sin riesgo de manchas ni efectos secundarios.
La duración media de una sesión facial ronda los 45 minutos, mientras que los corporales suelen llegar a los 60. Los precios empiezan en torno a los 55 € por zona y sesión, aunque muchos centros ofrecen bonos reducidos para tratamientos completos. Se puede hacer de forma puntual para efecto inmediato, pero si se busca un resultado más profundo y sostenido, lo ideal es un plan de entre 6 y 10 sesiones.
Otra de las ventajas de INDIBA es su capacidad para combinarse con otros tratamientos estéticos. Funciona muy bien con ácido hialurónico (prolonga el efecto), toxina botulínica (como mantenimiento), láseres no ablativos, mesoterapia, peelings o cirugía plástica. Por eso se ha convertido en un comodín tanto en cabinas de cabecera como en clínicas especializadas.
Nosotros, le hemos preguntado a Marta Aguilar, Directora de Clínica Guilarte cuál es el mejor tratamiento de urgencia de INDIBA. Lo ideal el día antes de un evento, es el Protocolo Flash Facial INDIBA.
¿El objetivo? Una piel más firme, luminosa y con efecto tensor inmediato en tan solo 90 minutos de sesión.
¿Cómo se realiza?
- Limpieza superficial de la piel.
- Aplicación de INDIBA en modo capacitivo (30 min en cara, cuello y escote).
- Masaje lifting manual.
- Mascarilla y protección solar.
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