En las últimas semanas, la cuestión de la Inteligencia Artificial no ha parado de generar debate. Todo el mundo se está preguntando si realmente el avance está siendo positivo o si, al contrario nos acabará comiendo como a los gusanos. Las posibilidades de negocio son muchas, y las teorías apocalípticas inevitables.
Mientras muchas de las mentes brillantes de nuestro tiempo como Stephen Hawkins o Bill Gates consideran que llegado el momento la IA podría decidir que los humanos no somos necesarios, otros teóricos del tema se muestran positivos en este avance de la ciencia que permitirá la implementación de un modelo híbrido humano-máquina en el que se optimice la actividad humana para generar nuevas oportunidades.
Pero, ¿qué hay de su impacto real en la moda? Las incógnitas son muchas. Con una modificación sustancial en todo el paradigma, desde los modelos productivos hasta su distribución, la industria textil afronta nuevos retos. En ellos, la Inteligencia Artificial está más presente que nunca. Algunos usos ya los tenemos muy interiorizados en nuestro día a día, como es el análisis de datos para crear recomendaciones personalizadas de productos, aumentando ventas y generando satisfacción en el cliente.
En los procesos de fabricación, la IA está permitiendo la optimización, en aras de reducir los residuos y el impacto en el medioambiente. También se usa en temas de gestión de inventarios, ayudando a predecir datos relacionados con las existencias y optimizando la productividad.
Hasta aquí todos los usos parecen haberse implantado de forma silenciosa y sin ninguna controversia en nuestras vidas. Hasta que ha llegado lo que se denomina como Inteligencia Artificial Generativa. En diseño, la IA generativa permite crear cosas únicas y sin precedentes. Ya lo hemos visto en marcas como G-Star o Levis. La capacidad de crear diseños imposibles manualmente y, al mismo tiempo, garantizar la gestión del tiempo de los equipos humanos es algo que a simple vista parece útil para una industria que cada vez va más deprisa. Marcas como New Facet, están creando de esto su ventaja competitiva.
Precisamente este avance tan rápido de la Inteligencia Artificial es lo que está reocupando a los grandes líderes tecnológicos. Entre ellos se encuentran Elon Musk y otros expertos de Silicon Valley, que han expresado recientemente su preocupación en esta carta abierta. En el documento instan a los laboratorios de inteligencia artificial a detener su desarrollo, advirtiendo que estas herramientas de IA pueden presentar «riesgos profundos para la sociedad y la humanidad» si no se investigan y estudian de manera óptima sus usos y aplicaciones.
La tecnología IA está dejando su huella, y no solo en la industria de la moda. Desde las imágenes del Papa Francisco con un plumas blanco hasta las fotos falsas del arresto de Trump, su huella puede ser cuestionable o, por lo menos, controvertida.
Siendo útil enmarcada en un modelo colaborativo “humano–máquina” que pone en valor al capital humano, realmente puede generar nuevas oportunidades de negocio. Está por verse si la IA de verdad dejará una huella necesaria y positiva o si, por el contrario, se volverá contra nosotros en un futuro, tal como predicen los de Silicon Valley según los pasos que está dando.
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