En el mundo de la moda, donde la innovación y la audacia son un bien cada vez más escaso, JW Anderson nunca teme desafiar las normas establecidas, y lo hace con mucha clase. Para la temporada Primavera-Verano 2024, Anderson optó por una invitación poco convencional: paquetes de plastilina, un preludio a lo que sería una presentación verdaderamente única. Ahora entenderás el por qué.
La pasarela se convirtió en un lienzo dinámico donde la plastilina se transformó en sudaderas con capucha y pantalones cortos, creando una visión escultórica en movimiento. Cada prenda parecía haber sido moldeada a mano con esmero, desafiando las expectativas de lo que la moda puede lograr. Desde la marca aseguran que «los básicos cotidianos se pueden esculpir, convirtiéndose en conceptualizados y maleables. Los métodos clásicos de dibujo son reemplazados por el acto de moldeo manual». Toda una lección de escultura que nos brinda Anderson una temporada más.
Esta no es la primera incursión del diseñador en siluetas escultóricas; ya en la pasarela masculina de esta temporada le vimos jugar con las proporciones y las formas. Para Anderson se trata de eso: un juego de niños donde la tecnología pueda remar a favor de obra. Así, su expresión artística puede ser lo más auténtica posible en un paisaje contemporáneo donde las propuestas tienen dificultades para sorprender.
El lema para SS24 fue claro: «Prepárate para jugar”. Anderson se centra en descubrir la novedad y llevarla a cabo. Las emblemáticas chaquetas bomber MA1 fueron llevadas a nuevas proporciones voluminosas y detalles exuberantes de plumas que parecían estallar desde los orificios de los brazos y las cremalleras. Camisetas y pantalones simples fueron construidos en una tela acolchada brillante, evocando a las coloridas bolsas de plástico, que bien podrían ser de basura. Los vestidos y los mocasines, antes ligeros, fueron transformados en «looks de punto total», envolviendo a las modelos en un tejido táctil y cómodo.
Aunque la experimentación y la innovación fueron los pilares de esta colección, Anderson no perdió de vista la realidad, porque nunca lo hace. Su proceso creativo comenzó observando a los jóvenes en las calles, buscando la autenticidad y la simplicidad en cada prenda. Y así es la colección SS24: una celebración de la verdad en el diseño, una invitación al riesgo y a la liberación de la imaginación, algo que, aunque parezca una locura, escasea en la industria.
En un mundo donde la moda a menudo se adhiere a lo seguro y lo convencional, JW Anderson destaca como un faro de innovación y experimentación. Con esta última propuesta, Anderson no solo nos invita a «poner las manos en la masa», sino también a desafiar lo establecido y a explorar el potencial ilimitado de la creatividad. Su juego de niños nos recuerda que, en el mundo del diseño, no hay límites para la imaginación y la innovación. La moda no solo es una expresión de estilo, sino también un vehículo para la transformación y la redefinición constante del vestuario contemporáneo.
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