La industria del apparel sigue moviendo fichas. Esta vez, Kontoor Brands —la compañía madre de Lee y Wrangler— acaba de cerrar oficialmente la compra de Helly Hansen por 900 millones de dólares. Con este movimiento, el grupo norteamericano suma a su portafolio una de las marcas de outdoor más potentes del momento.
“Hoy damos un paso clave hacia el futuro de Kontoor”, declaraba Scott Baxter, CEO del grupo. “Con Helly Hansen, elevamos nuestro perfil de crecimiento, ganamos músculo en el sector de outdoor y workwear, y seguimos abriendo camino en mercados internacionales donde ya tenemos base, como Japón”.
No se trata solo de una operación financiera: es una jugada estratégica. Con raíces en el lifestyle denim más puro, Kontoor ahora se posiciona en la escena performance —una categoría que no para de crecer y en la que Helly Hansen juega con ventaja. La firma noruega, fundada en 1877, es sinónimo de innovación técnica, estética limpia y solidez en mercados exigentes.
La marca llega al grupo desde Canadian Tire Corporation, y no es una adquisición simbólica. Según las proyecciones de Kontoor, Helly Hansen aportará cifras serias desde el día uno: más de 680 millones de dólares en ingresos y 80 millones en EBITDA ajustado para el año fiscal 2025.
El mensaje es claro: Kontoor quiere diversificar, sí, pero con intención. Y con Helly Hansen en su arsenal, se mete de lleno en el juego global del techwear, el outdoor premium y la expansión cross-market. Una alianza que mezcla pasado, presente y futuro, y que reconfigura el mapa del fashion business contemporáneo.
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