La moda en la era de la conspiración

El escándalo de Balenciaga ha desencadenado uno de los grandes movimientos conspiranoicos de la moda en una era social en la que todo tipo de discordia política o controversia puede derivar en teorías o conjeturas extremas.

La sociedad moderna, crónicamente conectada a las redes sociales, proyecta (o deja influenciarse) por una serie de tendencias cambiantes y efímeras, que pueden hacer que una marca como Balenciaga pase de generar culto a odio en cuestión de segundos. Que transite del mainstream hacia una esfera oscura y marginal relacionada con la pornografía infantil.

La teoría de la conspiración vinculada a Balenciaga ha llevado a miles de usuarios online a creer fervientemente que la marca apoya activamente el tráfico de niños. Toda una creencia o conjetura que surgió tras desvelar su campaña navideña ‘Objects’ en la que aparece un elenco de niños posando con bolsos de peluche vestidos con ropa de bondage sadomasoquista. Una acción satánica a la que se se sumaron otros dos escándalos más vinculados a la pornografía infantil.

CONJETURAS DEL CASO

Esa tendencia de corte conspiranoico ya se ha sumergido en las profundidades de Tiktok a través de la veneración colectiva de una teoría relacionada con el abuso sexual infantil tuiteada (el 21 de noviembre) por June Nicole Lapine. Una que ha llevado incluso a crear un hastag específico #BalenciagaChildren con más de 8 millones de clips archivados de personas quemando, tirando o cortando la ropa de la marca.

A través de ese mismo mecanismo perturbador se puso el foco hacia otra de las figuras clave del universo Balenciaga, Lotta Volkova. Las teorías o conjeturas de la red tacharon a la estilista de ser la cómplice de algo inexistente, construido en base a juicios aversivos basados en tuits o TikToks como fuentes de verdad oculta.

https://www.tiktok.com/@itsnot2late2wakeup/video/7172357087186472197

En uno de los vídeos, los usuarios destacan la amistad de Lotta y Gosha Rubchinsky a través de su «condición pedófila», mientras exhiben una sucesión de fotografías de chicos menores de 16 años, relacionándolas con el gore, el bondage y, por extensión con Balenciaga y toda una obra siniestra, sectaria y sádica.

ESCÁNDALOS ARCHIVADOS

A pesar de todos esos actos acusatorios, y conspiraciones varias, la moda a lo largo de la historia parece haber sido experta en tapar escándalos: desde el regreso de Alexander Wang, libre de acusaciones de acoso y violencia sexual, hasta el antisemitismo de John Galliano. Todo ello parece denunciarse, y desvanecerse al instante de la memoria colectiva.

Y es que, en esa ciénaga de caos y odio, que muchas veces pueden ser las redes sociales, toda idea o concepto irreal puede llegar a validarse por parte de usuarios que se alimentan de las conspiraciones o de teorías disparatadas con las que hacerse ver en medio de ese océano infinito de contenido.