Ha concluido la edición 2025 de la Residencia Espacial, el programa anual de apoyo a la producción artística y cesión de espacio de trabajo desarrollado por Pluto. Como cierre del proceso, los proyectos realizados durante la residencia se presentaron públicamente en el marco de Miss Espacial: Certamen de Belleza Multimedia de Valencia, un evento que se ha consolidado como uno de los principales dispositivos de visibilización del programa y como una plataforma relevante dentro del ecosistema emergente del arte contemporáneo en Valencia.
Fotografías de performances e inauguración, por Maria Caparros y Salvador Lorente
Miss Espacial se configura como una jornada de carácter híbrido en la que la presentación de las obras convive con performances, activaciones visuales y propuestas musicales. Frente al modelo expositivo convencional, el evento propone un formato expandido y procesual que prioriza la experiencia compartida y el cruce de lenguajes. La denominación de “certamen de belleza alienígena” funciona como una estrategia conceptual para suspender expectativas normativas en torno a la exhibición artística y generar un marco más permeable, tanto para los artistas como para el público, en el que se evidencie la vitalidad de un contexto creativo en transformación.
La Residencia Espacial constituye el primer programa de residencias impulsado por Pluto en sus inicios. Surgió a partir de la disponibilidad de espacio y de la voluntad de ponerlo al servicio de la creación contemporánea, ofreciendo inicialmente únicamente lugar de trabajo. Con el tiempo, el programa ha evolucionado hasta incorporar ayudas económicas para producción, apoyo en comunicación y recursos materiales, consolidándose como un dispositivo estable de acompañamiento a prácticas artísticas emergentes.
Los proyectos desarrollados en esta edición por Borja Docavo, Blanca Santos, Sara Willa, Oscar Carretero, Anxel Arias, Parafeno, Mulak Mulak y Rasconse se articulan en torno a una investigación común sobre la experiencia de la vida desde la corporalidad. El cuerpo aparece aquí no solo como tema, sino como eje epistemológico: un medio desde el cual se establece la relación entre el individuo y su entorno, entre lo singular y lo colectivo.
Esta aproximación dialoga con el pensamiento de Donna J. Haraway cuando afirma que “no estamos en la naturaleza, sino que somos naturaleza que se piensa a sí misma. Somos materia que se siente, se duele y desea”. Desde esta perspectiva, las obras entienden la experiencia vital como un proceso encarnado, en el que lo orgánico, lo frágil y lo mutable adquieren centralidad. A través de distintos lenguajes formales y materiales, las prácticas presentadas indagan en cómo la existencia se percibe, se inscribe y se transforma en lo físico.
Más allá de la presentación de resultados, Miss Espacial se plantea como una activación del proceso de residencia: un espacio de encuentro que hace visible no solo las obras, sino también las condiciones de producción, las relaciones y los contextos que las hacen posibles.
Este planteamiento se inscribe en la filosofía de Pluto, un ecosistema cultural independiente fundado en 2019 con el objetivo de ofrecer un hogar duradero a la creación contemporánea en Valencia y contribuir a frenar la fuga de talento local. Desarrollado de manera orgánica en un conjunto de naves industriales y una huerta recuperada, Pluto integra arte, territorio y comunidad, promoviendo un modelo cultural que combina producción artística, sostenibilidad ecológica y vida comunitaria. Un marco desde el cual se acompaña la experimentación y se ensayan nuevas formas de hacer y habitar la cultura.
Pluto cierra su residencia Portal.
En conjunto, las instalaciones no solo presentan cuerpos, sino que construyen espacios que activan una conciencia corpórea en quien los recorre. La exposición invita a habitar un latido compartido donde lo orgánico, lo frágil y lo mutable se revelan como la materia misma de la experiencia.
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