Los contrastes danzan arrítmicamente en esta gama dedicada a una de las primeras mujeres piloto de Corea del Sur. El punto de fuga sobre el que se proyecta el romanticismo estético de las Fuerzas Aéreas en medio de un show visual impactante.
Sobre una colosal instalación artística hinchable, obra de Byungchan Lee, Andersson Bell subvierte una vez más el establishment de la moda a través de una colección que combina elementos militares funcionales con siluetas volátiles y románticas.
En colaboración con el icónico estilista Robbie Spencer, el resultado refleja un perfecto equilibrio entre la utilitariedad y la sofisticación, entre la estética y la funcionalidad en siluetas dominadas por abrigos fruncidos de nylon color carbón y naranja quemado y piezas clave como un bustier masculino de punto junto a chaquetas paracaídas con capuchas yuxtapuestas con tejidos florales y cuadros escoceses.
Ese romanticismo puede verse reflejado, de igual forma, en combinaciones de tejidos de terciopelo y flecos, sobre los que generan contraste chaquetas de cuero de inspiración motorcore. Mientras tanto, los sets coordinados de patchwork de cuero con estampados de estrellas y las parcas acolchadas con detalles de herrajes y cordones acaban de vislumbrar el eclecticismo intrínseco de la colección.
Si nos movemos al espectro más femenino, podemos ver cómo éste incluye vestidos inspirados en los paracaídas con faldas de transición, sudaderas con capucha que aportan un toque sporty a la gama, y chaquetas con cordones en el reverso que añade un aire cortesano.
Entre los accesorios más destacados se encuentran el bolso «Dono», con asa acanalada y diseño de caja en varios colores, así como el bolso «Dumpling» en dos versiones: el de tapones de cordón en el formato XXL y otro pequeño con detalles de lazo.
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